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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Concepto y escultura

En 1965, Joseph Kosuth realizó una obra titulada Una y tres sillas, constituida por una silla real, la fotografía a tamaño natural de esa misma silla y una ampliación fotográfica de la definición de silla tomada de un diccionario. Con esta obra podemos decir que cobra plena entidad una corriente llamada "arte conceptual" que se caracteriza por trasladar el interés de lo artístico desde la materialidad de la obra hasta la idea que la anima, entendiendo que lo que llamamos arte no es algo que reside en el objeto material, en la obra, sino que anida en las ideas con las que el artista ha cargado a ese objeto.

Aunque Ricardo Calero (Villa del Arzobispo, 1955) no es un artista próximo a las confusas y recurridas corrientes conceptuales, su obra se aproxima, como muy pocas en España, a lo más esencial del conceptualismo. Calero es (y así se define él mismo) un escultor; como tal trabaja dotando de forma a la materia, preocupado por la profundidad y el modelado, pero no es un artista que imita en otro material la apariencia de las cosas, sino que creando esculturas desarrolla ideas o, mejor, especula sobre conceptos de clara raíz filosófica, como el vacío, la ausencia, la memoria o el silencio, temas para los que ha conseguido destilar unas formas de potente expresividad poética y de delicada presencia física. Para conseguir estas cualidades trabaja con materiales que se alejan de la contundencia de lo masivo o lo pesado, tales como láminas, tableros, telas, papeles o cristales, elementos generalmente planos de los que sabe destacar su profundidad, sus posibilidades de modelado, en fin, sus cualidades escultóricas que hace evidentes por medio de la luz que incide, sombrea y refleja. A este selectivo repertorio de materiales elementales, Ricardo Calero ha ido incorporando otros más objetuales, como sillas o gráficos, como textos escritos y fotografías, que, por decirlo de alguna manera, han conceptualizado la poética de su obra, haciendo más evidente el proceso de ideación que la propia ejecución material que, en muchos casos, es mínima.

RICARDO CALERO

Galería Raquel Ponce Alameda, 3. Madrid Hasta el 8 de marzo

En la actual exposición, el tema de reflexión elegido por Ricardo Calero es el diálogo, representado por la imagen de dos sillas enfrentadas, que corresponden a ámbitos culturales claramente diferenciados, y esquematizado en la geometría intuitiva de la cumbrera del tejado de una casa, que es entendida como lugar de encuentros. Sin embargo, el tema, sus metáforas poéticas y sus implicaciones conceptuales quedan suspendidos ante la contemplación de unas obras sutiles que reclaman la atención sobre problemas específicos del propio arte, tales como el modelado de un agujero practicado por el dedo del artista en una pared de la galería o las interferencias del reflejo de la luz proyectada sobre una pantalla.

La aportación de Calero estriba en que a la fría presencia del arte conceptual sobrepone una carga poética y emocional que hace que sus obras posean un hálito de transcendencia. Son obras creadas para una contemplación detenida a lo largo de la cual el espectador podrá desvelar morosamente esos detalles que convierten a estas obras en delicadas joyas.

'Tiempo y luz' (2002), de Ricardo Calero.
'Tiempo y luz' (2002), de Ricardo Calero.

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