_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La mirada inocente y la nieve

Con la nieve llegó Bach. Por fuera y por dentro. Los copos caían en la calle y un torrente de música blanca refrescaba las mentes. Bach, de nuevo. La Comunidad de Madrid se ha descolgado con un ciclo de seis conciertos con obras para teclado del gran compositor. Los tres primeros recitales tienen lugar esta semana: las fascinantes Suites inglesas, para ir abriendo boca, anteayer; la primera parte de El clave bien temperado esta tarde, y las Seis partitas el domingo. El resto para la primavera, cuando las nieves ya no estén. Y en todos ellos un solo intérprete, András Schiff, un pianista tan riguroso como entusiasta.

No entro en la polémica de si se deben interpretar estas obras con instrumentos de época o con piano moderno. Lo importante es que se hagan bien. Schiff razona su preferencia por el piano en el programa de mano. Me inquietan más sus afirmaciones de las reticencias de muchos pianistas para convivir cotidianamente con Bach, cuando, como él mismo dice, "la vida de un músico sin Bach es como la vida de un actor sin Shakespeare". La afinidad de Schiff con Bach es evidente. Como recuerda María Gil, el pianista manifestó hace no demasiado que "Bach es el padre, Mozart el hijo y Schubert el espíritu santo". Más claro, agua.

András Schiff

Johann Sebastian Bach: Seis suites inglesas BWV 806-811. Ciclo 'El piano de Bach'. Organizado por la Comunidad de Madrid. Teatro de la Zarzuela, 18 de febrero.

Más información
"Puedo vivir sin escuchar a Rachmanínov, pero no sin Bach"

Lo que prevalece de la primera entrega de Schiff es su afán de compartir lo que siente desde un conseguido equilibrio entre las matemáticas y los afectos. En ello tienen mucho que ver sus inclinaciones camerísticas, su gusto por los formatos intimistas. Pero en Bach no se puede prescindir de la arquitectura, de las simetrías, de la abstracción. Schiff, desde luego, vuelca su lectura con un pie en la razón pura y, sin embargo, no renuncia a un apasionamiento febril a medio camino entre los estímulos del corazón y la cabeza. La fantasía se circunscribe, en cualquier caso, a los contenidos. La mirada que de todo ello resulta es inocente, como diría Simenon.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_