Soldado Regular, inmigrante irregular
Un albañil marroquí se disfraza de militar e intenta embarcar con un regimiento del Ejército desde Ceuta a la Península
Uniformado como un soldado raso del Regimiento de Regulares número 54 de Ceuta. Así intentó burlar el lunes a la Guardia Civil un inmigrante marroquí de 38 años. Pretendía introducirse en uno de los barcos que cubren el trayecto entre Ceuta y Algeciras. El autor de la artimaña es un albañil en paro de M'Diq, pueblo distante sólo 15 kilómetros de la frontera española, casado y con hijos. L. A. intentó pasar inadvertido entre los componentes de un convoy militar que embarcaba hacia la Península en un catamarán de Trasmediterránea para participar en unas maniobras. Y casi lo consigue.
Un teniente que supervisaba a la tropa se percató a las 8.45 de la mañana del despiste del falso soldado, que iba vestido con el uniforme de campaña y llevaba la mochila cargada de material, pero carecía del cetme reglamentario.
Eso fue precisamente lo que dejó en tierra al marroquí. Al dirigirse a él para amonestarle por la ausencia del fusil, el oficial se dio cuenta de que no le comprendía, porque no hablaba correctamente el castellano. Preguntó a otros soldados si le conocían, y le respondieron que jamás le habían visto en el cuartel.
El teniente comprobó una y otra vez en su listado si se trataba de un militar español. Finalmente, lo trasladó al cuartelillo que la Guardia Civil tiene en la estación marítima, donde fue interrogado hasta que reconoció que su objetivo era llegar hasta Algeciras, camuflado entre los Regulares, una unidad con un alto porcentaje de soldados de origen magrebí entre sus filas, y, una vez en la Península, dejar atrás a los militares.
Tras su aprehensión, surgen las preguntas. L. A. debía saber, por ejemplo, que más del 30% de la guarnición de Ceuta está compuesta por musulmanes, y que esa proporción es aún más elevada en las unidades de la Legión y Regulares. También conocía el día y la hora exacta del embarque del grupo que viajaba de maniobras, una información muy restringida. ¿Cómo pudo obtener todos esos datos?
Además, vestía un uniforme con distintivos reglamentarios, lo que ha provocado una investigación para conocer cómo llegó a sus manos. Defensa especula con la posibilidad de que fuera vendido por un antiguo soldado o sustraído a un recluta que no denunció su robo.
De momento, L. A. ha sido devuelto a su país a través de la frontera que separa Ceuta de Marruecos, en aplicación de la Ley de Extranjería. También ha sido acusado de un delito contra el orden público, aunque en este caso será el juez que instruya el caso quien decida si lo tipifica como tal o lo rebaja a simple falta: a fin de cuentas, el hombre no usurpó el uniforme para lucrarse, sino simplemente para llegar a la Península.
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