Hamás mata a cuatro soldados israelíes en un ataque contra un carro de combate en Gaza
La acción amenaza con bloquear un plan de retirada israelí amparado por EE UU
Cuatro soldados israelíes murieron ayer en Gaza en el ataque contra un carro de combate perpetrado por guerrilleros palestinos del movimiento fundamentalista Hamás. La agresión amenaza con hacer fracasar el proceso de pacificación pactado hace una semana entre el número dos de la OLP, Abú Mazen, y el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y que debía iniciarse en los próximos días en las ciudades de Nablús y Tulkarem, al norte de Cisjordania. Estas negociaciones contaron con el apoyo del embajador estadounidense en Israel.
El ataque se produjo en Beit Lahia, en territorio palestino, al norte de la franja de Gaza, a poco menos de 500 metros del asentamiento de Dugit, en cuyos alrededores la milicia palestina de las Brigadas de Ezzedine al Kasam, el brazo armado de Hamás, había colocado una potente carga explosiva de 100 kilogramos, que hizo estallar al paso del tanque, según confirmó el Ejército de Israel.
La explosión dañó la parte baja del blindado, incendió el tanque de gasolina, calentó el polvorín donde se almacenaban los obuses y convirtió el blindado en una olla a presión que acabó saltando por los aires, matando en la explosión a los cuatro soldados que se encontraban en su interior. Durante cerca de una hora los equipos de rescate no pudieron acercarse al lugar del siniestro como consecuencia de la explosión en cadena de los proyectiles.
La operación fue reivindicada por dos mensajes: el primero firmado en solitario por las Brigadas de Ezzedine al Kassam, el segundo rubricado conjuntamente por las milicias de Hamás, Yihad y Al Fatah. En ambos casos, el documento aseguraba que se trató de una represalia por la muerte de dos militantes de Hamás, perpetrada en Gaza a principios de la semana, coincidiendo con la fiesta de Aid al Adha, la más importante del calendario musulmán.
El ataque se produce cuando se cumple un año de la primera agresión de la milicia palestina contra un carro de combate israelí, un Merkava 3, también en Gaza, en el que perecieron tres soldados. Aquella operación, efectuada el 14 de marzo de 2002, supuso un duro golpe para el Ejército israelí, que había considerado hasta entonces como prácticamente invulnerables sus tanques, a los que había bautizado con el nombre bíblico de Merkava, que traducido del hebreo significa carro de fuego en alusión al carro en el que el profeta Elias subió a los cielos. A lo largo de un año se han producido un total de cuatro ataques contra blindados israelíes, provocando la muerte de siete soldados.
Negociaciones secretas
La muerte de los soldados amenaza con hacer fracasar el plan de pacificación pactado por el dirigente palestino Abú Mazen, número dos de la OLP, y el primer ministro, Ariel Sharon, hace menos de una semana, en el transcurso de unas negociaciones secretas, llevadas a término en el domicilio del embajador de EE UU en Tel Aviv, Dan Kurzer.
Mazen y Sharon pactaron un plan de "retirada a cambio de pacificación", por el que las tropas israelíes deben replegarse de manera escalonada de las ciudades palestinas de Gaza, a medida que las fuerzas de seguridad de Yasir Arafat asuman competencias de orden público y traten de controlar las milicias armadas. El plan debería iniciarse en breve en Nablús y Tulkarem, para continuar luego en el resto de las ciudades de Cisjordania.
El artífice de este plan de pacificación es el ministro del Interior palestino, Hani al Hasan, de 70 años de edad, convertido en uno de los hombres fuertes de la Autoridad Nacional Palestina y que, junto con el ministro de Finanzas y Hacienda, Salam Fayyed, goza de la protección y confianza de EE UU. Al Hasan había logrado en los últimos días el compromiso de algunos jefes de las milicias radicales locales de sumarse al proceso de pacificación y cesar durante un tiempo en sus hostilidades contra Israel, lo que había provocado, hasta ayer, ciertas esperanzas de éxito.
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