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Reportaje:

En busca de una nueva teoría de Andalucía

Una treintena de especialistas, reunidos por el IESA, bucea en los retos de la región en el siglo XXI

Lourdes Lucio

Como un adolescente al borde de una explosión de hormonas, la Andalucía del siglo XXI apunta hacia una serie de cambios de difícil diagnóstico donde se producen tensiones entre el pasado y el futuro, entre un sector privado que confía más en el sector público que en sus propias expectativas, entre una sociedad formada, moderna y joven y otra menos preparada, tradicional y de mayor edad.

El Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA) ha reunido en el libro La sociedad andaluza a más de una treintena de especialistas de distintas disciplinas de todas las universidades de la comunidad que analizan los cambios que se están produciendo en la sociedad, la economía o la política. Es una publicación de 600 páginas rebosante de información cuyos autores palian la ausencia de reflexión sobre los andaluces que ha existido durante décadas.

Los análisis plasman que en la actualidad hay dos Andalucías conviviendo
"Se puede decir que la andaluza es una sociedad satisfecha, pese a los problemas"

Coordinados por el director del IESA y profesor de Sociología, Manuel Pérez Yruela, y el director de Economía y Sociología Agrarias de la Universidad de Córdoba y subdirector del instituto, Eduardo Moyano Estrada, la publicación, financiada por la Federación Andaluza de Cajas de Ahorro, pretende elaborar una nueva teoría de Andalucía, comunidad que, mantiene Pérez Yruela, "ya no puede ser analizada desde el exotismo de la singularidad".

"Hace 20 años fue más fácil consensuar un diagnóstico, detectar dónde hacían falta carreteras, centros educativos o sanitarios, pero ahora no. Es más difícil identificar los problemas porque son menos visibles y más sutiles. ¿Cómo haces que haya más emprendedores, o que la universidad sea más eficaz? Hay mucha gente pensando, pero no damos en la tecla de las soluciones. Hay que echarle más inteligencia para detectar los problemas y solucionarlos", afirma el profesor Pérez Yruela, quien asegura que "estamos acabando una etapa y empezando otra".

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Los diferentes análisis realizados por los autores del libro plasman que en la actualidad hay dos Andalucías conviviendo y establecen una línea divisora en torno a los 45-50 años para hacer esa separación. Una, la más joven, es más universal, con mayor nivel de formación y más urbana. La otra es de mayor edad, con niveles educativos más bajos, más rural y con muchas diferencias entre hombres y mujeres. En las últimas dos décadas la conciencia colectiva de una Andalucía con un fuerte complejo de inferioridad, grandes cargas de pesimismo y la creencia de que siempre ha estado a la cola de todo está dando paso a otra con más autoestima.

Los diferentes barómetros de opinión que maneja el IESA así lo atestiguan: hace 20 años el 50% de los andaluces opinaba que Andalucía estaba "mucho menos desarrollada" que el resto de las regiones españolas, afirmación que hoy en día sólo sostiene un 4%. "Esto indica", afirma Pérez Yruela, "que estamos cambiando la conciencia colectiva y que hay una eclosión de una nueva Andalucía que está a punto de emerger". El profesor de la Universidad de Córdoba compara la situación actual con un amanecer, donde los perfiles de la noche y el día se confunden, y opina que este proceso se podría acelerar "si los grupos más formados y universales toman las riendas" de la sociedad actual.

Pérez Yruela ha acuñado con éxito la expresión la "paradoja de la satisfacción" para describir a la sociedad andaluza actual: "Se puede decir que la andaluza es una sociedad satisfecha pese a que existan no pocos problemas que resolver para que nuestros indicadores sociales o económicos se aproximen más a la media española". Y a la de la satisfacción añade la paradoja del capital social, término que alude al concepto del asociacionismo.

Según datos del Instituto de Estadística de Andalucía (IEA), en 1997 el total de asociaciones que había en Andalucía era de 30.156 -lo que representaba el 16% de total de España-, de las que tan sólo 2.421 eran de ámbito regional. "Esto es una gran paradoja. Tenemos un gran número de asociaciones de tipo religioso y festivas que generan una gran confianza, pero cuya energía se dirige a actividades que no son innovadoras o productivas", asegura Pérez Yruela, quien contrapone "la gran energía humana que se concentra en el esfuerzo" de organizar manifestaciones religiosas como la Semana Santa o festivas, como la Feria, frente a la ausencia de organizaciones científicas, industriales o empresariales.

Las dos Andalucías en pugna vuelven a detectarse en los estudios de opinión que se conocerán en los próximos días, ya que hay un 52% de andaluces que dice estar en desacuerdo con que se dedica demasiado tiempo a este tipo de festejos frente a un 45% que opina lo contrario.

De las muchas carencias que se detectan en Andalucía, el profesor Pérez Yruela destaca sobre todo una: la ausencia de una élite regional, sin apego local y con visión andaluza. "La autonomía política ha dado unos resultados extraordinarios, pero al mismo tiempo el vicio de mirar hacia el centro y no al de al lado ha seguido manteniéndose", afirma. En su opinión, la "asignatura pendiente" del autogobierno andaluz es la visión regional, "la conciencia de un proyecto más colectivo que tiene que ser muy listo en la distribución de recursos para que los proyectos se diversifiquen, estén articulados y no se repitan. Porque ¿de qué nos sirve tener diez universidades si todas se dedican a lo mismo?".

Pérez Yruela es de los que creen que la Junta de Andalucía "no ha justificado el reparto territorial de las inversiones, un debate", opina, "que habrá que abrirlo algún día" y hace un llamamiento de la clase política para que "haga más pedagogía de la dimensión regional del proyecto", una petición que choca con la realidad de las propias estructuras de los partidos, donde sus direcciones andaluzas representan la suma proporcional de sus organizaciones locales.

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