Visiones de diseño en la vieja Roma
Es Hotel, un refugio de contemporaneidad en la ciudad histórica por excelencia
Los arquitectos Riccardo Roselli y Jeremy King, ligados al estudio de Massimiliano Fuksas antes de abrir el suyo propio en 1979, han tratado de conjurar en Roma el síndrome de Stendhal. Los mareos por sobredosis de arte antiguo se curan ahora en el bar de la última planta del hotel Es, oasis de diseño desde el que se contempla la llegada y la salida de los trenes de la estación Termini.Un hotel recién estrenado cuyo nombre procede de la abreviatura del barrio donde se encuentra, Esquilino, y, con mayor rebuscamiento, del trío de conceptos freudianos es-ego-superego, en el que la palabra Es se ajusta, según los promotores del establecimiento, a "la obediencia al placer".
Encargo de la familia Roscioli, hoteleros con varias generaciones de trayectoria y capacidad de avanzar con los tiempos, los autores del proyecto han conseguido que la arquitectura y el diseño se alcen como símbolo, algo inusual en una ciudad como Roma, en cuya hostelería predomina el conservadurismo (salvo ejemplos aislados como el hotel Ripa, en el Trastevere, reformado con estilo contemporáneo por Roselli y King).
"El hotel Es ha sido posible dada la vecindad con la estación Termini", explica Jeremy King en referencia a esta zona de tránsito, bulliciosa y canalla, en la que un edificio de nueva planta no resulta tan chocante. "El peso histórico del centro de la ciudad condiciona a muchos turistas, que esperan ser alojados en un hotel, como mínimo, del siglo XVIII. Nuestra idea arquitectónica ha sido, por el contrario, presentar las maravillosas posibilidades de la arquitectura y el diseño contemporáneos, que permiten aplicar soluciones inventivas, posibilidades visuales y alternativas estilísticas. Por ejemplo, hemos intentado eliminar en las habitaciones la distinción entre la zona de baño y el resto de la estancia".
Para los coordinadores del proyecto, Arianna, Dario Roscioli y Maria Midulla Roscioli, el Es Hotel supone "un contraste completo con los hoteles neobarrocos que crecen en Italia como setas". "Como si no existieran arquitectos ni empresarios", se lamentan en la revista Interni, "capaces de expresar el espíritu de nuestra época".
Ruinas a la entrada
El Es Hotel despliega en su vestíbulo las ruinas de un camino romano que daba acceso a un área residencial. Por eso es presentado como el primer hotel con área arqueológica. El visitante ve la excavación a un lado del recibidor mientras deambula por un espacio donde el diseño de óvalos del suelo es de mármol de Carrara veneciano; los dos mostradores de atención al cliente están envueltos con un tejido abombado e iluminado, y los largos asientos tienen forma de hueso (modelo In Out, diseñado por Jean-Marie Massaud para Cappellini).
El mobiliario se ha cuidado al detalle, con acertados ejemplos, como las imaginativas y confortables sillas y mesas Maxima de William Sawaya, manufacturadas por Sawaya & Moroni. Se han colocado en el restaurante Zest, en la última planta, una gran área acristalada que continúa hasta la terraza y la piscina, con suelos de madera e interesantes detalles decorativos. Por ejemplo, un canal de luz bordea las cristaleras a ras de suelo con fluorescentes tapados con piedras, homenaje combinado a dos de los impulsores del minimalismo, Dan Flavin y Richard Long. En este espacio está el placer de visitar el Es Hotel -también en las 235 habitaciones distribuidas en siete pisos para quien alcance a pagar 416 euros la noche-.
- Es Hotel (00 39 064 44 84 11). Via Turati, 171. Roma. Categoría: cinco estrellas. www.eshotel.it
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