"El Barça está agobiado"

Javier Clemente (Barakaldo, 1950) volvió el pasado 18 de diciembre a un Espanyol casi desahuciado, cuando era penúltimo y estaba a cinco puntos de la salvación. Tras haberse medido uno tras otro con los equipos que dominan el campeonato y sumar 12 puntos en siete partidos, el equipo blanquiazul se planta ante el derby en una situación esperanzadora: es antepenúltimo, pero está a un punto de salir del pozo y puede poner al Barça en una embarazosa y para él desconocida zona de descenso.

Pregunta. Athletic en la segunda etapa, Real, Tenerife, Betis, Marsella, Espanyol... últimamente se ha especializado en reflotar a equipos mal clasificados.

Respuesta. Sí, estoy en la cola. Pero ése es mi trabajo. Es más fácil afrontar otras situaciones, pero no se entrena por facilidad, sino porque a uno le gusta. Es más difícil, pero no me asusta.

"El entrenador tiene que bajarse los pantalones

P. ¿Encuentra al Espanyol muy cambiado desde su anterior etapa en Sarrià?

R. Ha crecido. Como equipo en sí, no; pero sí de volumen.

P. ¿Qué le pidió a la directiva?

R. Nada. No soy un entrenador que pida. Yo informo al club de lo que opino sobre el equipo o los jugadores y luego el club es el que tiene que tomar decisiones.

P. Ahora parece que vuelven a mandar los técnicos españoles.R. Me parece bien, pero eso son rachas. De repente vendrá un turco o un chino, le saldrá una buena campaña y al año siguiente veremos a tres chinos. A los entrenadores no se les ficha por la calidad. Se les ficha no se sabe a veces por qué.

P. ¿Por qué nunca encaja en los perfiles de técnico que quieren el Barça y el Madrid?

R. Será que no les gusto.

P. ¿Cree que aún no se le ha escapado el tren? ¿Podría, por ejemplo, coger de nuevo a la selección?

R. La prensa de Madrid no lo aceptaría.

P. ¿Tiene esa puerta cerrada?

R. Me la cerrarían. Se montaría tal cacao mediático que...

P. ¿También sucedería lo mismo con el Madrid?

R. Posiblemente. Pero la prensa de Madrid es muy del Madrid, y si el presidente tomara una decisión, entonces comulgaría con esa idea.

P. Lo de Del Bosque, visto con perspectiva, no se lo esperaba casi nadie.

R. Es que Vicente, aparte de ser un gran entrenador, es un hombre de la casa. Tiene esa ventaja. Pero está porque es un gran entrenador.

P. Parece que los tópicos que rodean a los grandes se están cayendo. Ahí está el Barça, ¿no?

R. El fútbol es complicado y hay que tener mucho cuidado. Desde el punto vista deportivo no es normal ni tiene lógica la situación del Barcelona.

P. Pero el entrenador está para que la tenga.

R. Sí, ésa es su obligación, pero no siempre se consigue. El entrenador depende mucho de los jugadores, que son los que rinden y ganan.

P. ¿Y el entorno?

R. Si el entorno no apoya, el jugador tiene más dificultades. En el Barça, por ejemplo, el entorno está afectando seguro a los jugadores y al entrenador.

P. El derby llega con mucha necesidad para los dos equipos.

R. Sí, pero el derby es siempre especial. No existe la puntuación, dónde estás tú o yo. Se igualan mucho las situaciones.

P. ¿El Barça es víctima de su planificación?

R. Desconozco los motivos. Lo único que digo es que la plantilla del Barça no es mala. El Barça está agobiado, no está a su máximo nivel y los rivales se quieren aprovechar de la situación y le crean complicaciones.

P. Dice que está enfriando el derby, ¿lo hace a conciencia?

R. Los derbies tienen que ser calientes en el campo, pero tiene que haber un respeto fuera. A mí me gusta en los derbies la picada en lo deportivo, pero no puede trascender al día a día, ni a la cafetería, al trabajo. Tienen un punto peligroso porque a veces la rivalidad va más allá de lo deportivo.

P. A nivel personal, ¿cree que se le han pasado cuentas por culpa de su carácter?

R. Creo que entré en una guerra mediática en la que no tenía nada que ver, producto de intereses económicos. Me pillaron a mí en medio y fue un viva la caza de brujas. Me tocó a mí y contra eso me rebelé, nada más.

P. ¿Puede la prensa desestabilizar a un equipo, poner y quitar entrenadores?

R. No tiene la decisión final de quitar, pero la presión que ejerce hace, a veces, tomar decisiones.

P. ¿El entrenador tiene armas para combatir eso?

R. ¡Claro que tiene armas! Tiene que bajarse los pantalones, tragar con lo que le digan, aceptar sobornos y aguantar.

P. ¿Sobornos?

R. Sí, sobornos. El soborno no es "dame dinero", sino "trátame bien que si no te pongo a parir" o "atente a las consecuencias".

P. ¿Han llegado a decirle eso?

R. ¡Bueno, hombre! ¿En la selección?... Bueno, vamos a dejarlo porque es muy complicado.

P. ¿Y en el Espanyol?

R. Estoy muy a gusto. No he tenido ningún problema con ningún periodista y sigo actuando como siempre.