Goces y tormentos de la vida retirada

El protagonista de la novela, el profesor de historia Ricardo Reyes, expresa en su diario en un momento dado que los acontecimientos que le ocupan se rigen por "una secreta música de las esferas" como diría el clásico, pero, por desgracia, esta música no es "la de la armonía de los planetas, sino la disonancia de la violencia". Y la presencia de la violencia es, con seguridad, el punto de confluencia de los diversos materiales de que hace acopio el autor para construir la narración.

La pieza fundamental es el diario que escribe Ricardo durante los días en que, como un personaje de Dostoievski, vive recluido y aislado en la casa de campo de la familia. En él rememora melancólicamente el paraíso perdido de una infancia presidida por sus abuelos, personajes imprescindibles, pues, según sentencia el narrador, "no hay infancia maravillosa sin abuelos que la sustenten". Recuerda también su participación en la lucha antifranquista destacando la dolorosa sensación que le produjo la muerte, víctima de una traición, del mejor de todos los compañeros y explica las incidencias de los dos trabajos intelectuales que le ocupan actualmente: la investigación sobre el fallido atentado contra Franco producido en las islas Canarias antes de la guerra y la exploración de la supuesta autenticidad de un documento escrito en el siglo XVI por Bartolomé de las Casas sobre el maltrato de esclavos negros en el mismo Tenerife. En tonos más emotivos muestra la evolución de una relación amorosa con una chica bastante más joven que él que no ha vivido la época franquista, al mismo tiempo que, como muestra de la violencia actual, aparecen las agresiones de que son víctimas sus perros.

En medio de los fragmen

tos del diario, se intercalan el resto de materiales que forman la novela: transcripciones de las grabaciones magnetofónicas que en el presente hacen los que participaron en los acontecimientos que investiga testimonios en contra o a favor de Franco, copia literal transcrita en fragmentos a lo largo de la novela del supuesto texto de Bartolomé de las Casas, una serie de noticias que aparecen en los periódicos de Tenerife sobre fosas comunes de la época de la guerra y dos cartas de un compañero de trabajo del protagonista en la Universidad de La Laguna, además de algunos diálogos entre los principales personajes transmitidos por un narrador impersonal. Un muy habilidoso trabajo de ensamblaje que es el rasgo formal más destacado de la obra.

Sabas Martín, periodista y escritor, compilador de una antología de narradores jóvenes, muestra su interés por la vida de la colectividad tinerfeña y por las pasiones individuales, representadas por un protagonista esquivo y algo misógino perceptible en la interpretación que ofrece del mito de Orfeo, y ofrece un interesante discurso sobre el amor, el erotismo, un cierto misticismo y el goce gastronómico.