Xabi Alonso dispara la alarma

Cabía pensar que a Xabi Alonso le podía fallar la concentración y la responsabilidad, por su juventud, o la ansiedad, por la cercanía del éxito, pero su vía crucis resulta ser su tobillo derecho. Una torsión inapropiada le dejó fuera de combate a finales de diciembre, en el partido amistoso Euskadi-Macedonia, y se perdió tres encuentros de la Liga. Ahora, el domingo, una fuerte entrada por detrás de Lopo, central del Espanyol, volvió a dañarle su principal punto de apoyo. Conclusión: esguince de tobillo, de pronóstico incierto, fisioterapia, tratamiento de frío, inmovilización y antiinflamatorios. Y... a esperar.

Los servicios médicos de la Real Sociedad no se pronunciarán hasta mañana sobre su periodo de recuperación, el principal motivo de preocupación del líder, a sabiendas de que su concurso se antoja imprevisible para afrontar cada uno de los partidos. Reynald Denoueix fue explícito en la rueda de prensa. "La lesión de Xabi me preocupa", dijo el técnico francés. Los médicos, más cautos, aplazan cualquier dictamen sobre la trascendencia del esguince. El más explícito es el propio jugador: "Creo que éste no es tan fuerte como el anterior". Y añade después: "No voy a marcarme ningún plazo. Lo importantes es recuperar bien ese tobillo".

Tras su primer problema, su juego no ha resultado tan decisivo. Es como si hubiera perdido agilidad

Cal y arena. Xabi Alonso ha encajado dos contratiempos por el mismo motivo y se ha encendido la alarma. La lesión es la misma, pero producida por distinto motivo.

Nadie se pronuncia sobre si la reincidencia es casual o consecuencia del percance anterior. Lo cierto es que Xabi Alonso no adelantó su reaparición, pero también que desde entonces no ha sido el mismo. Su presencia en el equipo, con ser importante, no ha resultado tan decisiva, como si primer esguince le hubiera restado velocidad y agilidad. Como si hubiera retardado su vital aportación.

Xabi Alonso se ha tentado la ropa. No quiere apresuramientos. Y la Real, tampoco. Su tobillo está débil, aun cuando su nueva lesión sea el fruto de una durísima entrada que ni siquiera recibió una amonestación por parte del árbitro.

El tobillo es una zona sensible del jugador. Más allá de la importancia de cada lesión, acumula debilidades que complican su recuperación absoluta. Ni Xabi Alonso ni la Real quieren correr riesgos innecesarios y, aparte de curar el problema, se requiere recuperar la fortaleza de un punto sensible. Las lesiones nunca se curan al ciento por ciento en un breve espacio de tiempo y Xabi Alonso sufrió el primer daño en el tobillo en diciembre. Apenas 40 días después, su articulación, quizá más laxa por ello, ha acusado en mayor medida un golpe inferior. Es la ley física de la anatomía.

Xabi Alonso se manifiesta con dignidad. Ni culpa al infractor -"son cosas que pasan en el terreno y el domingo me tocó a mi"- ni se derrumba -"para nada me hallo bajo de moral"-.

Lo cierto es que a la Real se le acumulan los problemas. A la previsible baja de Xabi Alonso, su cerebro, se añade para el próximo partido la de Aranburu, su escudero, por acumulación de amonestaciones y quizá la de De Pedro si se sanciona su pisotón a Javi González en el derby vasco. Toda una línea al garete. La prueba del nueve para el líder.