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Entrevista:PENÉLOPE CRUZ | Actriz

"Vivo una vida muy real"

Rocío García

Sobre un barroco vestido blanco se puso un cartel de No a la guerra. Penélope Cruz (Madrid, 1974) era una de las grandes sorpresas de la gala de los Goya. La actriz que presentó, junto a Alejandro Amenábar, el premio a la mejor película, defendió su pacifismo y la libertad de expresión de los artistas en contra de la guerra de Irak. "Llevaré el cartel a diario", señalaba tres días después de la gala de los Goya. "Todos somos el pueblo y si hay una cosa clara es que la gran mayoría de este país está en contra de la guerra", declara ahora. No oculta su preocupación y miedo ante la escalada belicista que vive Estados Unidos. "Odio generalizar. Hay muchos grupos de artistas, de actores, de músicos que se han lanzado en una campaña contra la guerra. Lo que sí he vivido y he sentido con la gente que me rodea y trabajo es que no quieren la guerra. Se puede liar algo tan gordo... La gente tiene mucho miedo. Yo tengo mucho miedo y creo que el mundo está a tiempo de evitar una desgracia enorme".

"Ahora soy capaz de desconectar el móvil. Me tomo mi tiempo para no hacer nada"
"En el conflicto de la Fundación Sabera yo he estado siempre del lado de las niñas"

Fue su encuentro sentimental con Tom Cruise lo que la llevó a instalarse en Estados Unidos hace dos años. A pesar de todo no ha logrado asentarse en aquel país. "Siento que estoy allí más por una situación personal que profesional. Me gusta vivir en Estados Unidos, pero me gusta mucho estar en España. Vivo entre los dos sitios. No siento que me haya ido de España. Cada dos o tres meses, cojo mi maleta y me vengo con mi familia y mis amigos", asegura Cruz.

Acaba de estrenar en el festival de Sundance Maske & Anonymous, una película independiente que protagoniza Bob Dylan y dirige Larry Charles - "una especie de experimento, muy valiente, peculiar",- y viene de rodar en París Fanfan la tulipe. Tras un viaje relámpago a Nueva Zelanda para estar junto a Tom Cruise, rodará con Charlize Theron en Montreal Head in the clouds, de John Duigan, un filme ambientado en el París, Madrid e Inglaterra de los años cuarenta. "Interpreto a una mujer bisexual, coja que es enfermera porque vio como mataron a su hermano en la guerra. Se fue a París y, mientras trabajaba como bailarina de strip tease estudiaba para enfermera. Regresa a su país donde conoce al personaje de Charlize", explica la actriz. Inmediatamente después, también en Montreal, trabajará junto a la actriz Halle Berry, ganadora del Oscar por Monster Ball, en un filme de terror, con fantasma incluido.

Está en un momento muy especial de su vida. Lo sabe y lo disfruta. "Nunca he planeado mi vida. He ido decidiendo donde quería estar y qué hacer en cada momento. No puedo decir que mi vida sea aburrida. Tengo muchos privilegios y mucha libertad y, aunque tenga más cosas positivas que negativas, no todo es fácil. Mi vida está llena de pruebas. Tengo 28 años y llevo trabajando desde los 14. Vivo una vida muy real. Sería muy desgraciada si viviera un cuento de hadas. Y en todo esto quien juega un papel fundamental es mi familia y, sobre todo, mis padres que son cojonudos", explica con un punto de emoción.

Su vida en Estados Unidos y su relación con Tom Cruise le han enseñado muchas cosas. Ahora, asegura, se cuida mucho más. "Soy capaz de desconectar el móvil. Veo la vida de otra manera. Me tomo mi tiempo para no hacer nada, algo que creo es muy importante. Cuando empecé con mi aventura en Estados Unidos pasé dos o tres años sin descansar, hasta que me di cuenta de que había que tener tiempo para uno mismo. Todo esto, muchas veces, lo he aprendido con dolor, pero a veces las lecciones más importantes en la vida de uno las aprendes así. Ahora soy más feliz".

Eso es algo que no puede negar. ¿Qué tiene que ver en todo eso Tom Cruise? Penélope Cruz pide pensarse la respuesta. "Es mi mejor amigo. Las cosas personales que he aprendido a su lado son mucho más importantes que todo lo que pueda destacar a nivel profesional. No sabría ponerlo en tres palabras. Estando donde está, de Tom admiro que sigue teniendo valores. Por eso está donde está. Quizás, lo mejor que tiene es que es una persona que transmite que debes de tener miedo de ti misma. Eso es lo que ha hecho a lo largo de su vida y es muy feliz. Nunca se traiciona a si mismo. Eso es lo mejor que una persona te puede transmitir, porque es muy contagioso", explica calmada y muy relajada.

Junto a Melanie Griffith acaba de tomar la decisión de dimitir de todos sus cargos como presidentas honoríficas de la Fundación Sabera en Estados Unidos para trabajar sólo con la institución en España. "Llevo cuatro años involucrada en la fundación y lo primero que tengo que decir es que ni yo ni Melanie tenemos ningún poder legal, así como tampoco los otros artistas a los que hemos involucrado. Hemos sido los que hemos prestado nuestra imagen a la fundación para darla a conocer y para recaudar fondos". A pesar de todos los problemas que arrastra la fundación, que, en opinión de Penélope Cruz, pueden derivarse del crecimiento rápido que ha vivido la institución en muy pocos años, la actriz defiende por encima de todo su vinculación con el futuro de las niñas a las que la fundación ha ayudado y sigue ayudando en India. "Nunca tiraré la toalla. En el conflicto que ha vivido la fundación yo he estado siempre del lado de las niñas. Lo que sí tengo claro es que quiero apoyar un proyecto que esté abierto a auditorias. Queremos [y habla también en nombre de Melanie Griffith] hacerlo desde España porque aquí es donde nació la fundación y donde el Ministerio de Asuntos Sociales ha nombrado un nuevo patronato en el que se le da oportunidad a las dos partes en conflicto".

La actriz cree que su implicación en la Fundación Sabera es una necesidad y un compromiso moral. "Hay gente que piensa que los artistas se involucran en proyectos así porque eso beneficia su imagen. Yo no creo que nadie pueda hacer esto por ese motivo y que aguante más de dos meses. Lo único que te hace aguantar ahí es la sonrisa de esa gente. Esto para mí es tan importante como mi trabajo en el cine", explica la actriz, quien pasó una semana con la Madre Teresa de Calcuta. "Son los días en los que me he sentido más útil. Nunca pensaba que un viaje te pudiera cambiar la vida, pero así fue. Tengo todavía muchas ganas de seguir luchando por cosas así".

En España le esperan dos proyectos. Uno con Pedro Almodóvar, que rodará después de la próxima película del director, La mala educación -"Pedro me ha contando bastante y es increíble, pero no puedo contar nada"- y otro con Bigas Luna, el realizador con el que, con 16 años, se estrenó en el cine con Jamón, jamón. "Empecé con él. Tengo buenos recuerdos, aunque en Jamón, jamón se juntaron muchas cosas. Aunque fue una película dolorosa, la recuerdo con cariño. Durante tiempo, he intentado averiguar que me pasó con eso, porqué sentía cosas tan diferentes, tan maravillosas y a la vez tan terribles. Fue una experiencia que me marcó la vida, con su lado positivo y su lado de dudas y confusión. Cambió mi vida porque me enseñó la lección más importante que es aprender a decir que no. Ahora con 28 años me doy cuenta de que fue la mejor lección que pude aprender y que luego he utilizado mucho".

Penélope Cruz, el pasado martes, en un hotel de Madrid.
Penélope Cruz, el pasado martes, en un hotel de Madrid.GORKA LEJARCEGI
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