Sólo el 23% del suelo ordenado en la Costa del Sol es de uso público

La galopante presión urbanística que sufre la Costa del Sol parece no tener freno. Sólo en el año 2002 la Comisión Provincial de Urbanismo de Málaga tramitó planes parciales de ordenación que suponen la puesta en uso de casi 16 millones de metros cuadrados, pero con la particularidad de que áreas libres, zonas verdes, equipamientos y superficie industrial ni siquiera suman la cuarta parte (23,5%), con un predominio hegemónico del uso residencial.

Málaga vive desde hace años una explosión inmobiliaria sin parangón. El año pasado volvió a ser la provincia española donde más viviendas se construyeron y la segunda tras Madrid donde se contabilizó mayor volumen de inversión en cemento (2.971 millones de euros). El Colegio de Arquitectos visó entre enero y septiembre 63.286 viviendas libres, el 60% de las que en ese periodo se certificaron en toda Andalucía, y 23.000 más que las certificadas en la segunda provincia con más actividad constructiva, Madrid. Según los datos de esta institución, la superficie ocupada por estas viviendas en la Costa del Sol supera los 10 millones de metros cuadrados, cuando los proyectos de uso no residencial apenas superaron los dos millones de metros cuadrados.

La tendencia además no parece tener freno, puesto que los referidos planes parciales que tramitaron los municipios en 2002 suponen un incremento del 150% en relación al suelo urbanizable aprobado en 2001 y proyectan la construcción de más de 28.000 nuevas casas.

El delegado provincial de la Consejería de Obras Públicas, Enrique Salvo, lamenta la "colmatación y voracidad urbanística" que padece la zona, pero llama la atención sobre una aparente contradicción en la política de los principales municipios porque "los estándares de calidad son muy bajos, con muy poco planteamiento para zonas libres y equipamientos, cuando se supone que la mayor parte de esa carrera inmobiliaria es para segunda residencia".

Según un reciente informe sobre usos del suelo realizado por los catedráticos Federico Benjamín Galacho y Remedios Larrubia, la provincia de Málaga es la cuarta de España con más suelo urbanizado, y concentra más de la cuarta parte (26,6%) del catalogado en toda Andalucía.

Ambos profesores atribuyen la principal causa de esta congestión a la ausencia de unas políticas eficaces de planificación, y denuncian la falta de cooperación entra las distintas administraciones, de forma que la iniciativa privada ha sido el único motor del desarrollo territorial.

El problema de la expansión urbanística se agrava además porque esta se produce muy concentrada en determinados municipios de la franja litoral. El 95% de la población de la provincia -incluidas la de derecho y turismo residencial- se concentra en sólo 15 de los 100 municipios que en conjunto suman el 37% de la superficie total de Málaga. Una de las consecuencias de esta presión tan concentrada es una feroz competencia entre los promotores por disponer de suelo, lo que lógicamente se traduce en una carrera de encarecimiento de los precios

Algunos datos resultan muy elocuentes sobre la saturación de núcleos urbanos como Fuengirola, donde la densidad de población llega a los 4.500 habitantes por kilómetro cuadrado, 25 veces superior a la media provincial, y es que el 95% de su término municipal es suelo urbano o urbanizable. En Torremolinos y Benalmádena la densidad ronda los 2.000 habitantes por kilómetro cuadrado.