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Crisis en la clase media del Madrid

Los jugadores que no se encuentran entre los 'zidanes y pavones' reivindican su importancia

Diego Torres

"Desde la cantera, Guti se convirtió en un jugador universal", explica Jorge Valdano. "Había asumido su rol. Hasta que esta semana expresó su insatisfacción porque no encontró su sitio". Guti, que un día fue la perla del semillero del Real Madrid, ha repetido varias veces en los últimos días que no le gusta su situación. "Estoy jodido", ha dicho. La joven promesa ha cumplido 26 años, ha alcanzado su plenitud como jugador, ha sido nombrado capitán, y su promedio de goles por minuto jugado es superior al de Raúl y Ronaldo. Pero no juega y cobra un millón de euros al año, cifra que le coloca en las cantidades propias de un grupo que los jugadores llaman el carrito del pescado. En este segmento se incluyen Salgado, Casillas, Helguera, Makelele, Solari, Celades, Flavio o César. Cada uno cobra unas seis veces menos que el salario del grupo más selecto: Ronaldo, Raúl, Zidane y Figo.

Guti no siente que ocupa el lugar de importancia que él soñó dentro del plan. En eso comparte opinión con varios compañeros. Gente insatisfecha porque siente que no juega lo suficiente o porque no es proporcionalmente recompensada económicamente. Jugadores que no entran en el abanico del eslogan de zidanes y pavones, la fórmula que sintetiza la política del club. Ni superestrellas ni meritorios, sus reivindicaciones son un sonido ligeramente discordante en la sinfónica estructura del equipo más espectacular del momento. "El mayor show de la Tierra", como reza la revista inglesa FourFourTwo, tiene a la clase media en una crisis.

Makelele, un jugador básico en el equilibrio táctico del equipo, ingresa un salario cinco veces menor que el de su compatriota Zidane. Desde el club, con las cuentas en la mano, justifican con sentido mercantil que Zidane atrae muchas más inversiones que Makelele. Pero los jugadores, en el campo, no perciben diferencias geométricas. Ayer, el propio Makelele se mostró reacio a hablar en nombre de la clase media del Madrid: "¿Qué significa eso? ¿Que otros son superiores a mí? ¡Aquí somos un equipo!".

Makelele, como muchos otros, piensa en términos futbolísticos y se siente mucho más que un pavón y algo menos que un zidane. Para Valdano, director general deportivo madridista, lo de zidanes y pavones no ha sido muy bien interpretado y ha conllevado un daño. "Es la perversión de la definición", dice; "es una estrategia política que hemos expresado con un eslogan. Y, como todo eslogan, es reduccionista. Salgado, Helguera, Makelele... en este momento son titulares indiscutibles. Solari, la temporada pasada, sin entrar en la familia de los zidanes y pavones, fue muy útil al club. Ello no significa que el Madrid renuncie a la contratación de talentos internacionales jóvenes y de clase media alta para cocer la plantilla cuando la cantera no cubra esas expectativas".

"El eslogan provocó un equívoco que se acrecentó sumado al caso de Solari. Esto distorsionó la realidad", señaló Valdano; "la realidad es que por razones de imagen, económicas y deportivas, la cantera y los cracks mundiales constituyen la línea de flotación del proyecto".

Las razones monetarias pesan especialmente. Aparte de la ventaja que supone ahorrarse fichajes promoviendo la cantera, está el hecho del salario básico del Madrid, de 150.000 euros, que los jugadores noveles -Pavón, Portillo, Miñambres o Bravo- aceptan gustosos. Para Florentino Pérez, el presidente, la conclusión es apostar por la cantera: ¿para qué pagar un sueldo de un millón a un defensa experto si por un servicio similar, un canterano cobra diez veces menos? Conscientes de esta línea de gestión, algunos jugadores recelan del aluvión de canteranos.

"Una norma extendida"

El eslogan de zidanes y pavones, por lo demás, no es nuevo ni perjudicial, según afirma el secretario técnico del Valencia, Jesús García Pitarch: "No es una frase vacía, es una norma extendida". Pitarch asegura que hay "ocho o diez clubes en España" que aplican esa política. "Además de promover el fútbol base, el Valencia, como el Madrid, el Betis, el Barça, el Deportivo, el Celta, el Atlético... no puede dejar de intentar tener cracks. Claro que una cosa son los principios generales y otra la práctica: la frase de zidanes y pavones pierde valor cuando hay que ajustar cuentas o los recursos son limitados, y hay que conseguir en otro lado lo que no produce la cantera".

Francisco Pavón, el hombre que inspiró el eslogan, reflexionó ayer, un año después de su salto al primer equipo. "De los zidanes y pavones nadie queda fuera, ésa no es la intención. Yo aproveché el tirón y espero quedarme toda la vida en el club. Lo que es imposible es hacer una plantilla con 18 canteranos y cuatro cracks".

Celades, Raúl, Tote y Pavón, en un entrenamiento.
Celades, Raúl, Tote y Pavón, en un entrenamiento.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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