La revista 'Phrack' explica cómo interferir las señales del GPS
El Gobierno norteamericano ha mostrado públicamente su preocupación por un artículo aparecido en el último número de la popular revista hacker Phrack, donde se explica cómo construir un aparato que interfiera señales GPS (siglas en inglés del Sistema Global de Situación), usando componentes fáciles de encontrar en una tienda de electrónica. Aunque Phrack afirma que sólo se dirige a los sistemas GPS civiles, expertos del Pentágono creen que podría afectar también a comunicaciones militares.
El artículo enseña a construir un generador de ruido contra las señales GPS de la mayoría de sistemas comerciales: "Muchas compañías venden aparatos GPS escondidos en los vehículos de alquiler, que transmiten tus localizaciones durante semanas, sin cambios de batería ni órdenes judiciales. Los agentes de la ley ponen brazaletes GPS a presos con arresto domiciliario. Compañías de teléfono celular, investigadores privados, la aviación, sistemas para proteger a los niños... todos usan algún tipo de seguimiento GPS. La cuestión: ¿Quieres que todo el mundo sepa dónde estás?".
Dudas sobre su efectividad
Expertos militares consultados por la revista Computerworld explican que aunque Phrack afirme que su sistema sólo funciona con GPS civil, "la mayoría de receptores del Ejército debe pasar por el código civil antes de entrar en la frecuencia militar y, además, todo el GPS es especialmente vulnerable a las interferencias, por la débil señal que queda después de haber viajado a través del espacio, desde los satélites". Aunque los militares cuentan con tecnología antiinterferencias, un representante del Pentágono ha dicho: "Es algo serio porque puede interrumpir operaciones comerciales. En cuanto al Ejército, es una molestia".
Otros expertos dudan de la efectividad de los emisores de interferencias GPS, especialmente si se quieren lanzar desde el suelo contra aviones. Además, sostiene James Miller, de United Air Lines Inc., "la pérdida de la señal GPS en un avión comercial no causaría ninguna catástrofe porque se opera con múltiples sistemas de navegación".
Los expertos militares españoles son aún más desconfiados ante esta información, en un momento prebélico: "Qué oportuno que, justo cuando Estados Unidos van a necesitar intensivamente sus sistemas GPS, sale una forma de interceptarlos poco menos que con un bote de Pringles. Mi hipótesis es que se trata de una intoxicación para promocionar que el enemigo intente usarlos: las emisiones de esas interferencias pueden ser localizadas y dejar al descubierto los centros de desarrollo de armas del enemigo. Nada más peligroso que emitir radiaciones si el enemigo es tecnológicamente superior a ti".
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