La economía española sólo crece un 2% en 2002, el peor dato en nueve años

La economía española cerró 2002 con un crecimiento del 2%, siete décimas menos que un año antes y en el nivel más bajo desde 1993 (cayó entonces el 1%), según estimaciones del Banco de España. Este resultado se aleja de la previsión con que el Gobierno elaboró los Presupuestos de 2002 (2,9%) y es dos décimas inferior a la revisión posterior (2,2%). La tendencia es a la desaceleración, sin que el Banco de España se atreva a dar por seguro un pronto despegue. La incertidumbre internacional es el principal freno exterior, al que se añade la inflación, la caída de la renta familiar y el endeudamiento de las empresas como lastre para iniciar la recuperación.

El Banco de España se resiste a lanzar las campanas al vuelo, como días atrás intentó el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato. La recuperación no está a la vista y únicamente se indica que la "suave" tendencia a la desaceleración "parece haber remitido" en la parte final del ejercicio. Un año que se cierra plagado de incertidumbres; desde la pesadilla de la guerra hasta la falta de impulso en Estados Unidos y la decadencia de las principales economías europeas.

En estas condiciones, la economía española creció de media el pasado año un "modesto, pero sostenido 2%", dice el Banco de España en el Boletín Económico de enero, publicado ayer. Es un resultado que deberá ser confirmado en unos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que normalmente sucede con exactitud. La tendencia es a la baja, desde el 2,7% de 2001, y supone certificar otro error en las previsiones oficiales, como ha sucedido con la inflación. Desde la recesión de 1993, el crecimiento no había sido tan débil, aunque sin destruir empleo (un 1,3% más en el año).

En el cuarto trimestre del pasado año, los resultados son contradictorios. El crecimiento respecto del mismo periodo del año anterior ha sido del 2,1%, cuando en el tercer trimestre el ritmo fue del 1,8%. Pero si se comparan los dos últimos trimestres (el cuarto sobre el tercero), el crecimiento ha sido del 0,3%, frente al 0,8% del periodo anterior. Este último indicador es el que mejor permite anticipar la tendencia futura.

Salvo cierta recuperación de la inversión en bienes de equipo, en tasas negativas desde el segundo trimestre de 2001, todos los demás indicadores se inclinan a la baja. El consumo apenas creció un 1,7% de media el pasado año, frente al 2,5% el año anterior. En el último trimestre, el crecimiento del consumo familiar se ha mantenido en el 1,4%. La inversión también ha caído en la media del año (del 3,2% al 1,6%) con una posible aceleración en el último trimestre -que el Banco de España no concreta-, gracias a los bienes de equipo. El sector exterior habría restado una décima al crecimiento del pasado año, igual que en 2001.

¿Está en condiciones la economía española de iniciar el despegue? El Banco de España sitúa en la inflación y el alto endeudamiento de las empresas los principales inconvenientes. Las empresas han conseguido sobrellevar la crisis con unos niveles de rentabilidad altos, según destaca la institución, pero con un endeudamiento también elevado. En esta situación, con un inquietante panorama internacional y una "notable" incertidumbre económica, la inversión no va a adquirir "una fuerza significativa", dice la entidad.

La inflación es otra gran losa para el consumo y el sector exterior. El Banco de España certifica que la renta real disponible de las familias ha bajado su ritmo de crecimiento el pasado año, debido a las subidas de precios, el menor aumento del empleo, el más bajo crecimiento de la masa salarial y las pérdidas en Bolsa, que no han compensado la revalorización del patrimonio inmobiliario. El consumo en estas condiciones debería mantenerse plano.

El sector exterior, incluido el turismo, también sufre la pérdida de competitividad derivada del alto diferencial de precios (1,7 puntos) con el resto de países de la zona euro, nuestros principales clientes. El Banco de España coincide con el Ministerio de Economía en que las tensiones en los precios irán remitiendo en los próximos meses, aunque con la importante incógnita del petróleo. Mantiene la recomendación de que los salarios se "contengan", sin valorar en este sentido el reciente acuerdo social.