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VISTO / OÍDO
Columna
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Cambia la pequeña historia

En la encuesta de Opina que salió ayer en este periódico hay un dato "histórico" en el sentido que damos en los periódicos a esa palabra: por primera vez en unos 2.000 números. Este dato es que el Partido Socialista supera ya al Popular en dos puntos, que Aznar cae y que Zapatero le supera. La encuesta ha sido preguntada en la crisis del chapapote, pero cuando la campaña guerrera y, sobre todo, la contraria no tenían la fuerza que ahora. No hay que creer en el valor científico de las encuestas: menos en su duración, porque la propaganda colérica del que pierde trata de borrar su impacto (una mala encuesta aumenta la mala situación). Pero ésta coincide con el olfato periodístico. El tópico de nuestra profesión (delicada y maldita, traicionada y perseguida) dice que nos lo cuenta "el hombre de la calle". La expresión es antigua y viene de Londres ("the man in the street") y es de principios del siglo pasado. Bob Dylan cantó la muerte de ese personaje que no era nadie pero que sabía lo que deseaba y lo decía: se le encontró muerto un día, sin saber de qué ("They found him dead in the street one day"). Para mí, la encuesta confirma lo que mi intuición femenina me decía. Sobre todo, en un punto: ninguno de los políticos citados ni ninguno de los partidos llega al aprobado (5) excepto el socialista (5,07; el año pasado era de 5,21). La cifra sólo la superan en decimales los que creen que ha mejorado la situación económica, incluso la suya propia. Y es significativa la baja del terrorismo como segundo problema, en casi diez puntos, lo cual desbarata su utilización por Aznar en su intento de Estado policiaco y de nombramiento de sucesor.

Lo que confirma mi impresión sobre la idea del "hombre de la calle" es este desapego a lo político. Estamos en un momento más "histórico", si tenemos en cuenta los años transcurridos desde la última democracia real (1931-1936), y ahora por primera vez se advierte que la democracia está falsificada desde la transición, que a fin de cuentas fue un pacto de conveniencia y nada más entre un grupo de políticos atenazados por el miedo; y que esta democracia y esta idea de libertad ha caído vertiginosamente en los últimos tiempos, con un infantilismo que la aproxima mucho al de las dictaduras.

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