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Reportaje:

La locomotora turística no carbura

A pesar de la nueva marca de turistas, los ingresos bajan y el sector se plantea cambiar la oferta

La denominada primera industria nacional pierde fuelle. Y no porque vengan menos turistas (el pasado año se batió por séptima vez consecutiva la marca de entradas, con 51,7 millones), sino porque estos turistas gastan menos. Concretamente el 5,5% menos. Aunque no hay cifra de cierre de año en cuanto a ingresos totales del sector, hasta final de octubre los ingresos caían el 3,5% y el Gobierno no ha querido hacer previsiones para el cierre del año. Si se confirma esta caída, el cierre del año 2002 supondría el primer cambio de tendencia desde 1990. El Gobierno va a elaborar un nuevo índice para calcular de forma homogénea los ingresos en moneda extranjera, porque desde que entró en vigor el euro no ve muy fiable el actual método de medir lo ingresoss.

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Más turistas pero menos ingresos: éste es el nuevo y desconocido escenario que preocupa al sector. Así lo expusieron las principales empresas la pasada semana al mismísimo presidente del Gobierno, José María Aznar, en la cumbre de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur). El turismo sigue representando el 12% del producto interior bruto (PIB) y da empleo a 1,5 millones de personas. España se confirma como el segundo destino mundial, después de Francia, pero los nubarrones ya han aparecido y el producto puede quedarse obsoleto si no se le renueva.

España debe "reconstruir" su imagen como destino turístico en el exterior si quiere estar en condiciones de afrontar los nuevos retos a corto y medio plazo. Ésa fue la idea central de la reunión de los empresarios españoles, a la que también asistieron los principales mayoristas extranjeros del sector. Xabier de Irala, presidente de esta asociación que se ha propuesto liderar los cambios en el sector turístico, recalcó ante Aznar que "estamos perdiendo turistas de alto poder adquisitivo, unido a una falta de competitividad de nuestra industria en comparación con otros mercados emergentes que ya ofrecen nuestro producto a mejor precio". Aznar no desperdició la ocasión, en plena semana turística (el sector reunido en la feria Fitur), para enviar su mensaje: "En estos momentos, con el euro en vigor, la moderación de precios es ineludible". Los precios de los hoteles, a pesar de bajar la ocupación el 4,7%, subieron el 4,9% el pasado año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En el sector comienzan a surgir voces críticas, que están lejos de la autocomplacencia hasta ahora imperante. El turismo, que en los últimos años fue el artífice principal para nivelar la balanza por cuenta corriente española, ahora se resiente. Abel Matutes, empresario turístico balear, antiguo ministro de Asuntos Exteriores con el PP, recalcó en la misma reunión que la aportación del sector turístico al producto interior bruto nacional fue prácticamente nula en 2002, cuando en los anteriores siete años aportaba entre tres y siete décimas al PIB nacional. Irala fue más allá al resaltar que "en la actualidad tenemos grandes desajustes entre la oferta de alojamiento y la demanda debido a un urbanismo que exige nuevos criterios de crecimiento y que lleva aparejado el eterno problema de la financiación de municipios turísticos". Exceltur reclama un Plan Renove para modernizar la oferta turística y un pacto entre el sector público y el privado para ofrecer un turismo de calidad que atraiga a gente con mayor poder adquisitivo. Países como Croacia, Turquía y Bulgaria ya compiten con el mismo producto (sol y playa) y un precio un 30% menor. Tanto el Gobierno como el sector privado coinciden en el diagnóstico: en el futuro, España debe complementar el producto sol y playa con aderezos culturales y valor añadido que atraiga a clientes de mayor poder adquisitivo. El turismo español apenas ha crecido tres décimas más que la media mundial (el 3%), lo que evidencia que el sector ha perdido músculo a la hora de fomentar la demanda.

Para el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, hay que cambiar la idea de que todo está vendido y tomar la iniciativa para añadir un mayor atractivo, porque el turista ha cambiado en sus gustos y aficiones. " O reaccionamos todos, grandes, medianas y pequeñas empresas, y, por supuesto las autoridades, o perderemos el partido", recalca.

La mitad de los 51,7 millones de turistas anuales que vienen del exterior los canalizan los mayoristas o turoperadores. El 90% de esos casi 26 millones de visitantes lo gestionan entre TUI, Thomas Cook, Air Tours y First Choici. Estos mayoristas tienen un gran poder a la hora de canalizar turistas, pero no son ajenos a la relación calidad-precio. En este sentido, el presidente de Thomas Cook, Stefan Pichler, dijo en Madrid que España debe "reconstruir" su imagen en el exterior. El presidente de TUI, Michael Frenzen, desveló que España tiene nuevos y serios competidores en su actual modelo de sol y playa. Para el presidente de World Travel Tourism, Jean Claude Baumgarten, "España debe reevaluar su política de turismo", mientras que para el director ejecutivo de British Airways, Rod Eddington, España "tiene una imagen muy fragmentada en el exterior". Estos mayoristas son los primeros en calibrar el gusto del turista, y de momento ya han dado su aviso al sector español. El secretario de Comercio y Turismo, Juan Costa, dio otro: las subidas de precios turísticos deben corresponderse con mayor calidad.

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