Una ruta sorprendente
'National Geographic' recrea 100 años de bañadores
La centenaria revista National Geographic ha encarado el nuevo año con un número especial en el que se adentra en la exploración de nuevos territorios: la isla del bikini. No se trata de ningún paraje remoto, olvidado o especialmente salvaje, como los responsables del prestigioso magazine tienen acostumbrados a sus millones de lectores por todo el mundo. National Geographic acaba de publicar un ejemplar sobre los 100 años de la historia de los trajes de baño, y para celebrarlo ha estampado en su observada portada la fotografía de una mujer casi desnuda en el agua, con sus pechos apenas cubiertos por dos conchas. El experimento ha resultado polémico, pero los responsables están más que satisfechos con la respuesta y no descartan más pruebas.
La prestigiosa revista justifica su 'desviación' en la búsqueda de nuevos lectores
Los editores de la prestigiosa revista históricamente dedicada a descubrir lugares asombrosos o denunciar tropelías conservacionistas no están nada acomplejados por este nuevo rumbo. Al contrario. "La gente piensa sobre National Geographic, apropiadamente, como una muy seria publicación que está haciendo historias del comienzo del universo y de localizaciones en países como Sudán, donde dos millones de personas murieron en la guerra civil", ha reconocido estos días el editor de la revista, Bill Allen, al tratar de justificar este controvertido giro. Allen no se amilana y pide sentido del humor cuando ratifica que la empresa ha decidido "explorar nuevos territorios".
La decisión de indagar en esta ocasión sobre la historia de los trajes de baño y, sobre todo, la operación de colocar en la portada de la revista a una modelo con un escueto bikini ha sido muy calculada y, obviamente, trabajada. National Geographic tiene desde hace años un público cada vez más mayoritario e incondicional. Una clientela que quizá estaba madurando demasiado.
El número especial sobre trajes de baño quiere probar además la respuesta de los más jóvenes. Los editores han lanzado esta apuesta a lo grande, imprimiendo casi diez millones de copias en 23 lenguas. El balance comercial se conocerá en pocos días, aunque ya se apunta una subida cercana a los 300.000 ejemplares, pero en la sede central de National Geographic en Washington estaban ayer casi exultantes. "Aún no sabemos las ventas, pero sí estamos felices por la reacción que ha tenido este especial en los demás medios de comunicación, ha sido espectacular", apuntó una portavoz de la compañía.
La revista, obviamente, seguirá publicando mensualmente sus sesudos y serios reportajes habituales, e incluso en este especial de 120 páginas se ofrecen más opciones que el centenario ilustrado de los bañadores. Pero los puristas se han quejado. Los ejecutivos creen haber encontrado un filón y ofrecen en la página web (www.nationalgeographic.com) la posibilidad de encargar uno de esos minibikinis por 9,95 dólares y el incentivo de un viaje a las islas Galápagos para estrenarlo.
"Muchos hombres jóvenes de cierta edad crecieron con National Geographic y estaban esperando siempre las fotografías de las nativas de lugares lejanos con los pechos al aire", ha recordado Allen. La revista envió a una de sus fotógrafas, Sarah Leen, a Hawai, donde encontró el reducido bikini y programó al detalle la escena. "Yo pensé que ahí había una increíble representación del mundo. Teníamos rocas, geología, agua, teníamos esas hermosas conchas y una atractiva y joven mujer", concluye el editor sobre la imagen final, antes de apuntar que podría instaurar así una tradición anual, porque le han sobrado muchos negativos.
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