Las fugas de petróleo del barco se reducen a dos toneladas diarias

El Comité Científico Asesor para la catástrofe del Prestige aseguró ayer mediante un comunicado que las fugas de fuel del petrolero hundido a 130 millas de las costas gallegas se han reducido a dos toneladas diarias y que ya están totalmente obturadas 13 de las 20 grietas de los tanques del buque. El comité calcula que para mediados de febrero estarán completamente selladas todas las fugas de petróleo.

A mediados de diciembre pasado, antes de que comenzaran los trabajos de sellado de las grietas del pecio, salían 125 toneladas diarias del buque. Tras la obturación de las primeras fugas, a principios de enero, la cantidad de petróleo se redujo a 80 toneladas diarias.

El Comité Científico señaló ayer que el caudal de las fugas se ha logrado reducir en un 98% después de que se hayan logrado sellar "totalmente" 13 fugas de fuel. Tres escapes más están "casi totalmente sellados" y uno "parcialmente" tapado. Otras tres continúan sin obturar, aunque el combustible que sale por ellas "es muy reducido" o "inexistente". En la proa del barco, separada casi cuatro kilómetros de la popa tras el hundimiento, están taponados todos los escapes, un total de 11. En la popa quedan tres por sellar.

Pese a lo reducido de las emisiones, el Comité Científico añade en su comunicado que el batiscafo Nautile seguirá trabajando los próximos días para "asegurar las obturaciones y, a continuación, se realizarán las inmersiones de validación en la proa y la popa". El minisubmarino francés ha realizado un total de 25 inmersiones, 15 para sellar grietas y 10 de observación.

Sellado definitivo

Una vez selladas definitivamente las fugas, labor que se prevé concluya a mediados de febrero, está previsto que el Comité Científico informe a la comisión interministerial sobre "las alternativas disponibles para abordar la segunda fase de neutralización definitiva del fuel almacenado en los tanques del Prestige, varias decenas de miles de toneladas. Se trata de eliminar el riesgo latente de que ese petróleo pueda salir de los tanques.

Como indicaba recientemente el propio comité en su página web, el casco de la nave hundida sufre un "deterioro por el efecto del oxígeno y el dióxido de carbono disueltos en el agua del mar". Por ello es posible que entre 23 y 40 años después del siniestro -y aun sin que el buque tenga importantes daños estructurales- la corrosión provoque orificios por los que el combustible podría salir al exterior.