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Crónica:La jornada de Liga | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Depor sucumbe al efecto Clemente

El Espanyol, en estado de gracia, rectifica y remonta el tempranero gol de Makaay

Robert Álvarez

El efecto Clemente arrambló con el Deportivo en un partido definido por el estado de euforia que se respira en el Espanyol desde que regresó el técnico vasco a su banquillo. Poco más de 20 minutos le bastaron al equipo de Montjuïc para remontar el gol que anotó Makaay nada más empezar. Hace poco, semejante inicio habría precipitado el descalabro del equipo espanyolista. Pero ayer no. Con Javier Clemente en el banquillo, la respuesta fue fulminante. Y no meramente anímica. Si algo distingue a Clemente es su rapidez de reflejos. Echó mano del borrador ipso facto. Y, tan mal como había dibujado el esquema defensivo, cargadísimo de centrales con Lopo, Amaya y Soldevilla, rectificó.

ESPANYOL 3 - DEPORTIVO 1

Espanyol: Toni; David García, Lopo, Soldevilla, Amaya; Maxi (Velamazán, m. 80), Morales, Domoraud, Roger (Àlex, m. 63); Tamudo y Milosevic. Deportivo: Juanmi; Héctor, César, Donato, Romero; Víctor (Duscher, m. 66), Sergio, Mauro Silva, Fran (Amavisca, m. 46); Makaay y Luque (Diego Tristán, m. 26). Goles: 0-1. M. 2. Makaay remata un centro de Luque desde la izquierda. 1-1. M. 8. Soldevilla, desde el interior del área, cabecea una falta sacada por Roger. 2-1. M. 21. Roger, casi sin ángulo, cruza a la red desde la izquierda tras recoger el rechace de Juanmi a disparo de Maxi. 3-1. M. 26. Morales empalma desde la frontal del área tras un rechace de Donato. Árbitro: Mejuto González. Mostró la tarjeta amarilla a Lopo y César. Unos 27.200 espectadores en Montjuïc.

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La jugada del gol del Depor llegó tras dos acciones calcadas, con Luque entrando por la punta izquierda para trazar centros para los remates de Makaay, de cuyo marcaje se encargaba Amaya. El primer disparo del holandés puso en evidencia a Toni, que, recién fichado del Elche, regresaba al Espanyol con todos los honores. El portero catalán parecía un manojo de nervios pese a que el público celebró su vuelta con todas las fanfarrias. Pero el segundo remate de Makaay, a quemarropa, resultó imparable. Aun así, las miradas se dirigían al banquillo local.

La apuesta de Clemente parecía una temeridad. Por una parte, ¿por qué relegaba a Sergio Sánchez al banquillo cuando el portero cedido por el Atlético sólo había recibido dos goles en los últimos cuatro partidos? Más: ¿por qué situaba un equipo con tres centrales, dos carrileros y dos pivotes tan defensivos como Domoraud y Morales?

El propio Clemente debió arrepentirse por esta última decisión. Tal vez también por la primera. Pero después Toni se redimió de su tiritón inicial con una serie de grandes intervenciones. De manera que se desvaneció el posible debate al respecto. Y también quedó abortada cualquier discusión sobre el exceso de centrales porque Clemente, de forma inmediata, desplazó a Amaya al lateral derecho. Y el equipo de Montjuïc, en vez de encogerse, se envalentonó y dio un acelerón al juego que dejó helado al Deportivo, que no se enteró.

El equipo gallego se descosió como nunca. Las vías de agua que lo hundieron se produjeron por donde menos se esperaba, por el centro, muy cerquita de sus centrales, de la zona teóricamente pertrechada por Donato, César y Mauro Silva. El gol del empate, eso sí, partió de una falta lanzada desde la medular por Roger y cabeceada por Soldevilla, al que nadie echó el lazo. Un error grave del Depor, máxime si se tiene en cuenta que la acción fue calcada a uno de los goles que logró el Espanyol hace nada ante el Recreativo.

La mala tarde del muro defensivo del Depor se confirmó con un segundo gol en el que la velocidad de Maxi dejó en evidencia a toda la zaga. Morales culminó el recital del Espanyol en un rechace de Donato a la salida de un saque de esquina en otro grueso descuido del dispositivo del Depor. Las entradas de Diego Tristán en vez de Luque, que se lesionó, y la de Amavisca por Fran no le dieron al Depor la chispa suficiente.

El Espanyol, satisfecho por el rédito de su arreón en la primera media hora, echó el cerrojo y el Depor fue incapaz de causar mayores apuros a Toni.

Soldevilla abraza  a Morales para celebrar el tercer gol del Espanyol.
Soldevilla abraza a Morales para celebrar el tercer gol del Espanyol.RAFA SEGUÍ

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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