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Un primer análisis descarta que Dónovan muriera violentamente

La Guardia Civil continúa sacando restos óseos de la fosa séptica de Trijueque

F. Javier Barroso

Dónovan Párraga, el niño de 12 años que desapareció el pasado 27 de febrero, no murió violentamente. Así al menos se desprende de los análisis preliminares que han practicado los forenses a los restos óseos hallados el jueves en la fosa séptica de la urbanización La Beltraneja, en Trijueque (Guadalajara). Los médicos radiografiarán ahora los huesos para determinar si tienen alguna lesión y determinar finalmente si hubo violencia. Mientras, la Guardia Civil continuó sacando ayer pequeños huesos de la alberca.

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Los forenses que realizan la autopsia a los restos humanos de Dónovan no han encontrado de momento signos de violencia, tras haber efectuado los exámenes externos e internos de los mismos. El avanzado estado de descomposición de los restos mortales hace mas difícil la labor de los tres forenses que trabajan en el tanatorio de Guadalajara que, se reanudarán hoy con un análisis más pormenorizado de las piezas y, previsiblemente, una toma de muestras. Éstas se remitirán al Instituto Toxicológico de Madrid para que los estudie.

La Guardia Civil ha mandado muestras extraídas de los huesos largos y de las piezas dentarias de Dónovan al laboratorio de criminalística de la Dirección General, en Madrid, junto con las muestras de saliva recogidas a los padres el mismo jueves en Trijueque. El análisis de estas muestras permitirá extraer el ADN y cotejar los resultados. Éstos podrían estar listos mañana domingo, porque no se va a extraer la secuencia íntegra del ADN sino los seis o siete fragmentos de la cadena que permitan asegurar que los restos corresponden a Dónovan. "No se ha podido extraer las muestras de otra parte que no hayan sido los huesos largos, ya que todo el cuerpo estaba muy contaminado después del tiempo que ha pasado dentro de la fosa", señalaron fuentes de la investigación.

Mientras, agentes del instituto armado extrajeron ayer más restos óseos de la fosa séptica donde se hallaba Dónovan. Los trabajos comenzaron a primera hora de la mañana, tras estar suspendidos durante la noche por las bajas temperaturas y la falta de luz. Los investigadores, vestidos con monos blancos, fueron más lentos que el primer día. Las cisternas encargadas de achicar el agua y el contenido de la alberca se toparon ya con el fango y el humus acumulado en el fondo de la fosa séptica.

La alberca, con forma de ele, tiene una capacidad de unos 750 metros cúbicos. Se encuentra en la parte baja de la urbanización La Beltraneja (280 chalés), situada a unos cinco kilómetros de Trijueque, junto a un denso encinar. Esta fosa séptica tiene un doble acceso: a través de un camino vecinal por el exterior de la urbanización o por la calle de la Amapola. Desde ahí al chalé donde vivía Dónovan no había más de 300 metros. Una valla metálica de unos dos metros de altura y con dos puertas es la única protección para este recinto, que mide unos 10 metros de ancho por 15 de largo y con una profundidad de seis metros, de los que sólo están cubiertos cinco.

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"El día que desapareció el pequeño una de las puertas estaba abierta y se podía entrar fácilmente a la alberca. Dos días después, ya pusieron una cadena con candado y lo cerraron", señaló ayer un vecino de la urbanización. El jueves la expectación vecinal hizo que el cordón policial estuviera plagado de vecinos que querían ver las labores de rescate. Ayer el panorama era bien distinto. Las calles de la urbanización estaban vacías y el cordón policial sólo lo rodeaban una decena de periodistas y cámaras de televisión.

Mientras, los guardias civiles bajaron a la fosa séptica a través de una larga escalera metálica que medía unos 10 metros de largo. Los agentes bajaban pertrechados de un cubo donde vertían los restos hallados en el fango. Luego, los forenses lo vertían en bolsas de plástico transparentes y de allí a un sudario desplegado junto a unos matorrales.

Los padres del niño no quisieron hacer declaraciones a los medios de comunicación. Ambos se encontraban muy afectados por la pérdida de su hijo. "Tan sólo aspiro a conocer la verdad. Espero que los resultados de la investigación forense no den lugar a interpretaciones y que al final se pueda llegar a la verdad", explicó a Efe Francisco Párraga. Éste acudió por la mañana al psiquiatra, en el hospital de Alcalá de Henares. La madre continuó en casa de una íntima amiga.

Guardias civiles vestidos de blanco descienden a la fosa séptica.
Guardias civiles vestidos de blanco descienden a la fosa séptica.EFE

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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