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Zapatero se reunirá cada seis meses con el jefe de la oposición si llega a La Moncloa

El líder del PSOE reprocha a Aznar su estilo de gobierno por excluir la cooperación institucional

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, prometió ayer ante alumnos y profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad de León, donde fue profesor asociado, que cuando gobierne centrará sus esfuerzos en la transparencia, la cooperación con las fuerzas sociales y el diálogo permanente. Y, desde luego, con la oposición. Rodríguez Zapatero se fijó como compromiso el mantener con el líder de la oposición encuentros habituales, al menos, cada seis meses. El líder socialista recriminó el estilo de los actuales gobernantes y alertó sobre "la posible pérdida de libertad".

La observación de las formas y el estilo de gobernar de José María Aznar le suscitan a Zapatero un rechazo que va creciendo. Cada vez con más frecuencia el líder de los socialistas asegura y se compromete a gobernar de manera diferente. El diálogo es la palabra que más repite Zapatero en los últimos tiempos y ayer así lo hizo ante la comunidad universitaria de León. Por eso dio un paso más en su compromiso de hace varios meses respecto a tener un trato fluido con el jefe de la oposición, cuando gobierne, y señaló que al menos esas reuniones serán cada seis meses.

Ayer no lo dijo pero en otras ocasiones afirmó que nunca tratará a Aznar como él trata al ex presidente Felipe González. Tampoco le gusta a Zapatero el trato que él recibe por parte del presidente, que en estos momentos es inexistente. Desde hace más de un año el jefe del Ejecutivo no ha atendido los dos requerimientos que le ha hecho Zapatero para tener una reunión, la primera a propósito de su viaje a Marruecos y, hace dos meses, para hablar de la crisis del Prestige.

El líder socialista continuó esbozando comportamientos si gana las elecciones y citó a los presidentes autonómicos, sindicatos, rectores, ONG, colegios, profesores, etcétera, como interlocutores frecuentes. En el recibidor del recinto universitario, Zapatero se encontró con un reducido grupo de jóvenes con una pancarta con el lema: "OTAN, no, bases fuera" y "políticos garrulos", en clara disconformidad con una posible ofensiva contra Irak.

Contra el apoyo a Bush

En este sentido y en cuanto a un probable ataque contra este país, el representante del PSOE señaló que "no es aceptable" que Aznar esté explicando su apoyo a Bush en la prensa extranjera y no aquí, en el Congreso, "y mucho más cuando España es miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas". "La ausencia de Aznar en el Parlamento invalida cualquiera de sus decisiones, sus criterios y las explicaciones a los ciudadanos". Zapatero considera que hasta ahora no se ha dado "ningún argumento sólido" para apoyar una acción bélica de EE UU contra Irak.

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El máximo responsable de los socialistas dijo que ha "comprobado" que con el Gobierno del PP "hay una carencia alarmante de fortaleza política, enmascarada con el discurso de la exuberancia" y considera que las amenazas, el dedo en la boca, el miedo, no son más que las pruebas que "algo de libertades podemos estar perdiendo". El líder del PSOE ofreció en la Universidad de la que ha sido profesor una conferencia titulada Ideas para una nueva forma de gobernar. Su reivindicación del diálogo y de la prudencia a la hora de gobernar no quiere decir, en absoluto, falta de decisión, precisó.

"Creemos en el valor de las ideas, en un nuevo talante, defendemos la política como elemento de esperanza. Sólo desde la soberbia de la mayoría absoluta se lanza a la oposición el envite de una reforma que dice que se aprobará con consenso o sin consenso", dijo Zapatero en referencia a las palabras de Aznar respecto a sus intención de llevar adelante las reformas penales anunciadas. "No es una cuestión de forma, es de fondo, revela una bajísima convicción democrática", opinó.

El secretario general del PSOE desgranó una serie de compromisos futuros en caso de gobernar, dirigidos a facilitar a los ciudadanos un mayor conocimiento sobre el gasto público. Se comprometió a crear una oficina presupuestaria en el Congreso y a reformar la Ley Electoral para reducir gastos en campaña e institucionalizar los debates entre candidatos en los medios públicos de comunicación. "El objetivo es sencillo: queremos que los españoles vivan la democracia y no sólo la contemplen", matizó.

Zapatero se autocalificó de "político moderado pero de izquierdas" y bromeó sobre el lugar que ocupa el PP. "¿Si los de derechas quieren volver al centro, porqué se fueron de él?". "Unos queremos ser de izquierdas y se nos discute que lo seamos, otros no quieren ser de derechas, aunque todo el mundo está seguro de que lo son". Zapatero habló del concepto de Estado, de Patria y de Nación. A su juicio la única forma de reforzar España es que sus ciudadanos gocen de bienestar y consideró "estéril debatir sobre lo que ocurrió hace 500 o 1.000 años".

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