Fiebre testimonial
"Nadie es perfecto", la espléndida última frase de la película Con faldas y a lo loco, ha sido tan explotada que acabaremos odiándola. Tanto sirve para titular un especial de El club de la comedia como para bautizar el programa de sobremesa de Tele 5, estrenado ayer y presentado por Jesús Vázquez. La cosa empezó bien. Una de las primeras frases que dijo Vázquez fue: "Me estoy meando de los nervios", retomando así el camino de incontinencias abierto en su día por Ania, colaboradora de A tu lado y autora del célebre haiku Me meo que te cagas. Forma y contenido: un plató clónico al de casi todos los programas que se emiten a esta hora en el mundo, público, una sucesión de testimonios supuestamente auténticos centrados en el manido tema del engaño (con desfile de adúlteros y mujeres engañadas) y, como guinda, un espacio de búsqueda de pareja con momentos patético-cómicos.
Ciertos contenidos se solapan no sólo con los de 'A tu lado' sino también con los de 'Sabor a ti'
El desenfado es la característica más destacada de Nadie es perfecto. Su presentador derrocha informalidad. Le quita importancia a los dramas e intenta darle sabor picante a los testimonios más insulsos. Instintivo pero eficaz, Jesús Vázquez tendrá que emplearse a fondo para animar un espacio que, en su primera edición, resultó soso y muy previsible, así que no descarten que pronto le veamos quitarse la camiseta y lucir sus envidiables abdominales. Vázquez, no obstante, tiene el sano propósito de no pontificar, y es lo bastante listo como para ironizar cuando se equivoca, un gesto que le honra. Lleva tantos años en los platós que, fuera de ellos, debe de buscar constantemente las fichas con las preguntas o el guiño de las cámaras. A la hora de hacer entrevistas no va de lacrimógeno, quizás porque su estilo se basa en una voluntad de superficialidad. El problema es que, a estas alturas, ya estamos saturados de tanta testimonialitis, y, además, ciertos contenidos de Nadie es perfecto se solapan no sólo con los de A tu lado sino también con los de Sabor a ti (Antena 3).
Puede que para marcar territorio, ayer Sabor a ti escenificó un momento de bochornosa humillación. Jasmine, la ex de Marc Ostarcevic, fue invitada para confesar haber mentido respecto a su embarazo. La llorosa chica tuvo que exponer sus trapos más sucios, vendidos anteriormente en multitud de programas y revistas, ante un tribunal formado por fiscales tan moralmente respetables como Ana Rosa Quintana, Miguel Temprano o Jimmy Giménez-Arnau. También estaba María Patiño, que, llevada por su insaciable sed de justicia, díjole a la llorosa Jasmine: "Durante este tiempo has estado ingresando dinero con una mentira", como si del mayor de los pecados se tratase. ¿Acaso no consiste en eso este género teóricamente periodístico que, en realidad, no hace más que nutrirse de medias mentiras?
Y en Nadie es perfecto, una sorpresa agradable. Quizás lo entendí mal, pero, en un momento dado, una chica que intervenía en calidad de comentarista de los casos expuestos dijo algo que promete: "A veces, la fidelidad se puede perdonar". No sabía yo que estuviéramos tan avanzados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.