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Crítica:BIOGRAFÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un Kafka brasileño

Cualquier acercamiento a la literatura brasileña exige el paso por la obra de Joaquim Maria Machado de Assis (1839-1908), autor, entre otros textos, de novelas como Memorias póstumas de Brás Cubas (traducción de Rosa Aguilar), Don Casmurro (traducción de Pablo del Barco), Quincas Borba (traducción de Marcelo Cohen), Helena (traducción de Basilio Losada). Y resulta estimulante que esta breve biografía lleve la firma del escritor chileno Jorge Edwards porque revela, paralelamente, la importancia y la necesidad del acercamiento entre autores que comparten un continente pero no la lengua, como si los siglos hubiesen condenado al portugués (menos prestigioso que el francés, claro) al rincón de los idiomas en desuso.

MACHADO DE ASSIS

Jorge Edwards Ediciones Omega Barcelona, 2002 241 páginas. 19,50 euros

Machado de Assis se sitúa

en la corriente de aquellos escritores capaces de abandonar los tópicos románticos y de bucear en una tradición más próxima al Sterne del Tristram Shandy, a Stendhal, a Goethe, a Antero de Quental, a Cervantes. Como señala Jorge Edwards, Machado de Assis se destaca por su habilidad para escribir, en el periodo de su madurez, "memorias ficticias, memorias tramposas, nada confiables". Asimismo, se enmascara tras la imagen de un narrador culto que ironiza y se mueve a sus anchas en el plano de lo trágico y el sarcasmo; exhibe, él que fue un "sedentario superior", a personajes que preparan un viaje a Europa o esperan cartas del Viejo Continente.

Para este hacedor de memorias, la anécdota es mero accidente o, en todo caso, prolongación del buceo en sus fantasmas, en lo hermosamente arbitrario de la imagen y el mito personal. Así se explica que Machado de Assis cite, entre sus fuentes, a Xavier de Maistre y el Viaje alrededor de mi cuarto. Que no deba faltar su nombre entre los escritores que, de Montaigne en adelante, se sirvieron de la ficción del yo y del diario como relato entrecortado, para establecer un vínculo entre el sueño hermano de la muerte y las costumbres y miserias de la vida cotidiana. Y que, como cuenta Jorge Edwards, el escritor Allen Ginsberg comparase a Machado de Assis con Kafka, así considerado no sólo por él sino también por los escritores beatniks de San Francisco.

La literatura está llena de estas sorpresas, de caminos poco recorridos, de figuras cuyo valor es encomiable justamente porque se salen del marco de lo previsible, de lo que ya viene digerido y se dirige a crear un rebaño de lectores complacientes, dispuestos a confirmar lo real de lo real. Vale la pena recordar que Machado de Assis fue fundador y primer presidente de la Academia Brasileña de Letras (1897): cómo han cambiado los tiempos.

De lectura amena, rica en datos anecdóticos, con apreciaciones valiosas sobre las novelas y los cuentos de Machado de Assis, esta biografía escrita por Jorge Edwards deja el regusto de los buenos alimentos y, aunque breve, abarca un material suficientemente provocador para acercarse a la obra del autor brasileño: como en todos los volúmenes de la colección Vidas Literarias, en éste se incluyen fragmentos de diferentes obras de Machado de Assis. Las traducciones, acompañadas por el texto original en portugués, pertenecen al propio Jorge Edwards.

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