El Gobierno refuerza la recogida de fuel ante su imparable llegada a la costa

Los restos de fuel del Prestige han alcanzado ya la parte más oriental del litoral vasco, la playa de Hondarribia, en Guipúzcoa, con lo que toda la costa está afectada. La imparable llegada del hidrocarburo en forma de galletas de entre 5 y 10 centímetros de diámetro ha obligado al Gobierno a reforzar su dispositivo de rastreo, recogida y limpieza del fuel en mar y tierra. El principal objetivo es retirar la mayor cantidad de hidrocarburo en alta mar.

Aunque toda la costa está afectada, el fuel llegó ayer en menor cantidad a las playas de Vizcaya y de Guipúzcoa que el día anterior, cuando se produjo el segundo impacto de la marea negra contra el litoral de la comunidad. La mayor preocupación ahora es la evolución que seguirá la gran mancha, localizada a 75 millas al norte de Santoña. La dirección de los vientos previstos para hoy no favorecen los intereses vascos, ya que previsiblemente podrían acercar la lámina de fuel al litoral vasco.

Por el momento, los servicios de limpieza de las diputaciones de Vizcaya y de Guipúzcoa se bastan para despejar los arenales. Durante la mañana de ayer, estos profesionales recogieron casi 9.000 kilos de ramas impregnadas con fuel en las playas vizcaínas, de los que 5.000 se contabilizaron en Bakio.

Ante la posibilidad de que la situación se complique cada vez más, la comisión que el Gobierno vasco creó para el seguimiento de los vertidos ha decidido que los helicópteros de la Ertzaintza destinados al rastreo de las manchas amplien su zona de observación para seguir de una manera más fiel su deriva. Por su parte, el dispositivo en el mar se ha reforzado de una manera muy considerable, pasando de 8 a 16 el número de barcos pesqueros que se encargan de retirar el fuel.

Los dos barcos de mayor capacidad, que hasta el viernes estaban amarrados en el puerto de Santander, llegaron ayer por la tarde hasta la zona donde se encuentra la gran mancha para captar el petróleo. Su trabajo consistirá en experimentar el nuevo sistema de recogida por medio de bombas mecánicas. En cualquier caso, los expertos aseguran que será necesario esperar varios días para conocer si este procedimiento resulta eficaz.

Mientras, los equipos de profesionales que retiran los restos de hidrocarburos que llegan hasta las playas también se aumentarán. Por su parte, la Administración central tiene preparados a 200 trabajadores para intervenir en las playas.

El Gobierno también ha solicitado la ayuda de los propietarios de embarcaciones deportivas para para despejar las zonas de mayor dificultad y que entrañan más peligro, como las rocas y los acantilados. Según anunció ayer el consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, este tipo de barcos serán dotados de medios para realizar la labor.

Situación de la pesca

Intxaurraga, quien ayer se acercó hasta la playa de Zumaia para comprobar la situación, cree que los dueños de embarcaciones deportivas tienen "suficientes conocimientos para andar por la mar", de manera que el peligro que entraña recoger fuel de los acantilados "se reduce".

A pesar de que el petróleo ha alcanzado a todo el litoral, el consejero confirmó que el impacto medioambiental todavía "no es muy importante", aunque la situación es "preocupante". Igual de inquieto se mostró el consejero de Pesca, Gonzalo Sáenz de Samaniego, quien aseguró que de momento no hay una "afección considerable" a la pesca porque la flota está parada por el invierno, pero advirtió del riesgo de que la crisis se prolongue en el tiempo y coincida con las campañas del verdel y de la anchoa.