'Financial Times' vive su crisis más dura por la caída de la publicidad
El diario abre sus páginas al deporte y busca nuevos lectores con una edición en Asia
Financial Times (FT), quizás el diario más prestigioso del mundo y una máquina de hacer dinero en tiempo de vacas gordas, ha vivido su año más dramático. El hundimiento de la publicidad y los despidos en la City han hecho caer los ingresos y la tirada. Un draconiano recorte de gastos ha llevado el mal ambiente a la redacción pero permitirá cerrar el año con beneficios. El diario estudia la apertura de una edición en Asia y, siguiendo la senda de otros, abrirá sus páginas al deporte.
"Sí, ha sido un año muy duro, como para otros en el sector", reconoce una portavoz del FT. "Pero seguimos teniendo beneficios", puntualiza. No hay cifras oficiales "porque aún estamos cerrando el ejercicio y los datos no se conocerán hasta dentro de seis semanas", pero la prensa ya ha adelantado que los beneficios del año pasado apenas alcanzarán los 11 millones de libras (16,8 millones de euros), muy lejos de los 81 millones de libras (124 millones de euros) de hace dos años. Las ventas del año pasado se quedaron en 454.000 ejemplares, un 4,8% menos que el anterior. La mayor caída ha sido en el Reino Unido (155.000 ejemplares, -8%), seguido de Asia (28.000, -5%) y Europa (147.000, -3%) y EE UU (117.000, 3%).
El hundimiento de los ingresos se ha compensado en parte con un recorte de gastos draconiano que ha reducido un 25% los costes de redacción. "La plantilla lleva dos años congelada. La gente se va y no la reemplazan. No damos abasto y la verdad es que el nuevo director no es el tío más popular del mundo", se quejan fuentes de la redacción. "No hay presupuesto ni para bolígrafos, se han prohibido los taxis, tienes que tener una autorización expresa para invitar a alguien a comer y se ha acabado el volar en clase negocios salvo en casos excepcionales", añaden las fuentes.
La dirección puso en marcha esas medidas en julio pasado. Los viajes se han restringido al mínimo y han de estar autorizados por dos mandos. Las comidas de trabajo no pueden costar más de 65 libras o 100 euros o dólares para dos personas. Cada redactor puede comprar un ejemplar del FT, otro diario y un dominical.
Ni ha habido ni habrá despidos, pero se incentiva la jubilación de los mayores de 50 años. En dos años se han marchado 300 empleados, 30 de ellos periodistas. Entre las bajas más señaladas está la de Robert Thomson, que el año pasado se fue a dirigir el Times después de que Andrew Gowers le ganara la carrera por la dirección del FT en octubre de 2001. Y la de Will Lewis, una joven promesa de 33 años, que se ha ido al Sunday Times.
Un problema de estructura
La crisis no ha ayudado a consolidar a Gowers al frente del diario, pero no le faltan defensores. "No estoy muy seguro de que sea un problema de director", afirma un veterano de la redacción. "Los periodistas le tienen consideración y tiene gran experiencia internacional y sobre todo en Oriente Medio. Eso es muy importante en estos tiempos", añade."El problema es la estructura: demasiada dependencia de la publicidad. Eso en un momento de recesión nos afecta mucho", se queja. "Pero a pesar de todo aún pensamos que estamos en el mejor diario del mundo y muy pocos piensan en ir a otro periódico pese a la marcha de Thomson y Willer. Aún creemos que la vida con Pearson es mejor que con Murdoch", sentencia.
"Estamos remozando el diario del Reino Unido, planteándonos hacer una edición en Asia, estudiando opciones muy excitantes en América", explica la portavoz de FT. Todo indica que las reformas en la edición británica pasan por potenciar el diario del sábado, introducir una página de deportes y dar más cancha a la información general. Una apuesta que corre el riesgo de convertir el elitista y prestigioso FT en uno más del nutrido pelotón de cabeceras de la prensa londinense. "También hay otra manera de verlo y es la de afrontar el gran desafío de convertir FT en un diario para todos, que el lector lo compre porque lo tiene todo", señala el optimista y veterano redactor.
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