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Los bancos acreedores de Fiat estudian la eventual segregación de la filial de automóviles del grupo

El plan de reestructuración que prepara Fiat para salir de la crisis contempla la posible segregación de Fiat Auto, el eslabón principal pero también el más débil de la cadena de firmas que integran el principal grupo industrial italiano. Esta hipótesis, adelantada ayer por el diario milanés Corriere della Sera -controlado por un holding en el que también participa la casa de Turín-, estaría siendo estudiada por los cuatro principales bancos acreedores de Fiat, que celebrarán hoy una reunión con la cúpula del grupo, tras haberse reunido ayer en solitario, en Milán.

Por su parte, el empresario Roberto Colaninno, que ha propuesto un plan para sacar a Fiat de la crisis, declaró que su interés por Fiat Auto es industrial y no financiero, es decir, especulativo.

Teóricamente, el encuentro de hoy, en el que los dirigentes de los cuatro grandes bancos (San Paolo-Imi, Capitalia, Intesa-BCI y Unicredito) se sentarán a la mesa con el presidente y el consejero delegado de Fiat, Paolo Fresco y Alessandro Barberis, respectivamente, tiene como objetivo analizar la marcha del grupo. En vísperas de la difusión dentro de cien días de los resultados operativos del último trimestre de 2002, todo indica que se están cumpliendo los acuerdos con los bancos, con una notable reducción de la deuda del grupo que se situaría en torno a los 3.000 millones de euros, frente a los casi 6.000 millones que alcanzaba en septiembre pasado.

Pero lo cierto es que banqueros y directivos abordarán también las dos grandes hipótesis que se manejan en estos momentos para resolver la crisis del grupo Fiat: la operación de segregación de Fiat Auto de Fiat Spa y la oferta amistosa de Colaninno.

Respecto a la primera hipótesis, rechazada ayer por un portavoz de Fiat, existen todavía muchas lagunas, aunque Il Corriere asegura que en la operación estarían de acuerdo además de la familia Agnelli (principal accionista del grupo), los socios estadounidenses de General Motors que estos días han repetido palabras de confianza en las posibilidades de Fiat de superar la crisis.

En cuanto a la segunda hipótesis, en una larga entrevista publicada ayer por La Repubblica, el ex presidente de Olivetti y de Telecom Italia trata de tranquilizar a todos los protagonistas del grupo sobre sus verdaderas intenciones.

Oferta amistosa

A la familia Agnelli, le asegura que su oferta es amistosa. "No pretendo tener ni una acción más" que ellos, dice, aunque menciona de pasada el ejemplo de la familia Ford, que ha dejado la gestión de la casa automovilística en manos de expertos, afirmando que el "capitalismo familiar" está superado.

Con los bancos acreedores, que han reaccionado con frialdad a su propuesta, Colaninno se muestra comprensivo y espera poder detallarla, "la semana próxima o la siguiente", ante el consejo de Fiat.

Consciente de que la operación Telecom Italia, con la que la pequeña Olivetti adquirió el gigantesco monopolio italiano de telefonía para venderlo dos años después con enormes plusvalías, no le ha proporcionado excesiva buena fama en el mundo empresarial, Colaninno se presenta en la entrevista como un empresario amante del automóvil, movido por el deseo de defender un patrimonio italiano de primera magnitud. "Si nadie se decide a arriesgarse, perderemos el automóvil", dice. Para evitarlo, asegura, está dispuesto a invertir sus ahorros, 1.000 millones de euros, y otros 3.000 que obtendría de un grupo de empresarios italianos (el mismo esquema que en la operación de Telecom).

Las sucesivas propuestas de rescate del grupo Fiat han contribuido hasta el momento a enturbiar aún más las perspectivas de salida de una crisis más aguda de lo que parecía. Hasta ahora, la venta acelerada de activos del grupo no ha evitado que su deuda fuera desclasificada al nivel de los bonos basura por la agencia Moody's.

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