Un grupo español descubre un 'mando de volumen' celular

Una de las propiedades esenciales de la célula viva, la de adaptar sus miles de actividades a las variaciones del entorno y a las exigencias del desarrollo, depende de la capacidad de las proteínas para activarse o desactivarse en respuesta a factores externos. Todas las proteínas analizadas hasta ahora parecían responder de manera brusca y discreta: están inactivas en un amplio intervalo de temperatura, acidez o concentración de otras moléculas, y se activan de pronto cuando esas condiciones superan un umbral preciso. Son interruptores biológicos. Pero el grupo de Víctor Muñoz, del Centro de Estructura Biomolecular de la Universidad de Maryland, en colaboración con la Universidad de Granada, ha descubierto (Science, 13 de diciembre) la primera proteína que no se comporta como un interruptor, sino como un verdadero mando de volumen.

La posibilidad de la activación progresiva (conocida técnicamente como downhill folding, o "plegamiento ladera abajo") había sido vaticinada por la física teórica y computacional, pero los bioquímicos no habían contado con ella hasta ahora debido a la falta absoluta de pruebas experimentales. El trabajo de Muñoz y su equipo deberá ahora cambiar esa actitud, y puede tener consecuencias en muchos campos biológicos.

Un ejemplo claro son las cascadas de regulación celular conocidas como transducción de señal, que se disparan cuando una célula recibe una señal externa como una hormona o un contacto con otra célula. Hasta ahora, las cascadas de transducción se entendían como circuitos lógicos formados por interruptores binarios, con cada proteína componente encendida o apagada sin matices. La existencia del downhill folding implica que algunos componentes pueden activarse en toda una gama de grises, como mandos de volumen, y esto significa que la lógica de estos circuitos es muy distinta de lo que se creía hasta ahora.