Muere el quinto magrebí herido en el incendio de la comisaría de Málaga
La Policía identifica al que inició el fuego como el coautor de un doble asesinato en 1986
Ya son cinco los muertos causados por el incendio de la comisaría de Málaga del pasado 27 de diciembre. Un herido que se encontraba en estado crítico desde hacía 11 días falleció a primera hora de ayer de un fallo multiorgánico. Otras tres personas están ingresadas en grave estado en las UVI de dos hospitales de Málaga y Sevilla. La Policía facilitó ayer una nueva identidad del guía de la expedición de inmigrantes y presunto autor del incendio: Ahmed Ahagan, de 33 años, nacido en Río Martín (Tetuán), a quien señala como coautor de un doble asesinato en 1986.
El quinto muerto de la tragedia de los calabozos de Málaga dijo llamarse Asserrat Abdelwahad, aunque la policía cree que es un nombre falso. Falleció a primera hora en el Hospital Universitario, en donde ingresó el 27 de diciembre con quemaduras en el 40% de su cuerpo, aunque su principal problema era respiratorio. Los investigadores aseguran que "ayudó a encender la hoguera, cortando colchonetas".
El nombre, probablemente supuesto, del cuarto fallecido, en Sevilla el pasado día 2, es Jamal Kourti. En Málaga murió el 1 de enero Hassan Mhouda, y el 30 de diciembre fallecieron los principales autores del incendio, según la versión policial: Ahagan y Abderrahman Bouzian.
Ahmed Ahagan quería sin duda evitar ser devuelto a Marruecos. Una víctima del incendio explicó a este periódico que "antes de prender fuego a las mantas y las colchonetas se tragó unos botones, como si quisiera que le ingresaran en un hospital".
Este inmigrante comentó que Ahagan -a quien hasta ahora se conocía como Patrick Ajarban, alias El Rubio- golpeó con una manta los barrotes de la celda, para asustar al policía y "después tiró la manta ardiendo en el centro de la estancia y le echó trozos de gomaespuma", creando una barrera de fuego entre el grupo y la puerta de salida.
Nadie intentó detenerle. "Nos tenía asustados. Ya había pegado a algunos durante la travesía, porque no dejaba que nadie hiciera nada, ni siquiera orinar, sin su permiso... y era muy fuerte".
La policía facilitó ayer los antecedentes de Ahagan, que fue detenido en febrero de 1986, acusado de robar y asesinar a dos daneses en Benalmádena (Málaga). Aunque la nota no lo dice, fuentes policiales entienden que cumplió condena por ello.
Las autoridades disponen de un informe técnico que explica cómo el fuego, tapado inicialmente con una manta para originar un efecto brasero, pudo causar una acumulación de gases. Un técnico que ha estudiado el caso explicó a este periódico que "el material sintético que utilizaron arde muy bien y si se mantiene con poco oxígeno crea un gas que puede causar una auténtica explosión". Este experto afirma que pudo haber "hasta 100 y 200 grados en la celda".
El Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga instruye la causa penal. El magistrado Luis Moreno ha solicitado una serie de informes y, según el subdelegado del Gobierno, Carlos Rubio, dispone de las declaraciones de los ocho inmigrantes devueltos a Marruecos después del incendio.
Entre los informes que tiene el juez están dos del Servicio municipal de Bomberos que consideran suficientes las instalaciones contra incendios de la comisaría. El comisario jefe, Florentino Villabona, puntualiza que "estas normas se refieren a incendios no provocados".
El subdelegado del Gobierno, Carlos Rubio, reconoce que "hay que sacar enseñanzas de este suceso, para que no vuelva a pasar algo así".
Las instalaciones antiincendios son numerosas en la comisaría, pero no se utilizó ninguna: ni las mangueras de agua, ni los extintores. Rubio aclara que "los tres policías que llegaron a los calabozos llevaban un extintor, pero el humo era muy denso y no llegaron a usarlo".
Fuentes de los bomberos de Málaga explican que a veces dan "formación sobre cómo encarar un incendio a gente de hospitales, pero nunca lo hemos hecho con policías". El experto consultado considera que en la comisaría "no había un plan de emergencia".
El letrado Juan Ramos recuerda un fuego intencionado ocurrido en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Málaga en mayo de 1998, por el que fueron procesados cinco argelinos y en el que siete personas resultaron con quemaduras o lesiones. Los acusados fueron condenados a 8 años de cárcel, pero la sentencia no reconoció al Estado responsable civil subsidiario de las indemnizaciones, como solicitaba la Fiscalía.
El diputado del PSOE Miguel Ángel Heredia criticó ayer el retraso de la comparecencia del ministro del Interior, Ángel Acebes, en el Congreso para explicar las circunstancias en las que se produjo el incendio. Y la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) se sorprende en un comunicado que "el Gobierno culpe únicamente a un presunto mafioso y deje de lado su propia responsabilidad en la custodia y evacuación de los detenidos".
Ayer los dos primeros cadáveres fueron embalsamados por orden del juez. El resto de los cuerpos son mantenidos en cámaras a menos de cinco grados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.