_
_
_
_
_
Reportaje:

La mar de protectora

El Ivac restaura un curioso documental que Maximiliano Thous realizó en 1928 para mayor gloria de Valencia y su infancia

Ferran Bono

Maximiliano Thous fue un tipo inquieto. Además de periodista, dramaturgo y autor de la letra del himno de Valencia, fue realizador de películas, de hecho, uno de los pioneros en España en el uso del cinematógrafo. Tenía instinto y una cierta voluntad de estilo. En Valencia, protectora de la infancia, una primeriza muestra de cine propagandístico, se pone de manifiesto ese afán que se traduce, por ejemplo, en una cuidadosa composición del cuadre o en el uso del siempre difícil juego de los espejos, que sirve "tanto para enfatizar una escena como para inscribir en la película la cámara cinematográfica de su operador", apunta el conservador del Instituto Valenciano de Cinematografía (Ivac) Nacho Lahoz.

Ese documental fue un encargo que recibió Thous (1875-1947) de la Junta Provincial de Protección de la Infancia en la recta final de la dictadura de Primo de Ribera, en 1928, con el objeto de dar una buena imagen en la Quincena Internacional de Protección a la Infancia y Acción Social que se celebraba ese mismo año en París. Se debía proporcionar una "honrosísima visión de la caridad y la ciencia valencianas", según palabras del inspirador de la iniciativa, el entonces conocido pediatra Alejandro García Brustenga, que recoge Lahoz en un breve texto relativo a la reciente restauración y presentación de la copia por parte de la Filmoteca, integrada en el Ivac.

El documental fue un éxito en París, proyectándose en más sesiones de las previstas. Curiosamente, la copia destinada al extranjero incluía elementos de mayor modernidad que la que finalmente se estrenó en España. De hecho, se prestó mucho más interés a esta versión dado que, al fin y al cabo, se perseguía un fin político y propagandístico: demostrar al mundo los logros de una dictadura que a la sazón empezaba a expiar. Por ejemplo, para la versión francesa, el cartelista Vicente Canet compuso "un rico diseño del título, que buscaba reforzar el espíritu de modernidad que se quería transmitir en el extranjero", explica Lahoz; igual ocurría con la orla que enmarcaba los intertítulos en francés. Para la copia en castellano se recurrió a un "diseño convencional y anticuado de una orla profusamente decorada y rematada por la efigie de una fallera", añade el conservador del Ivac.

Las primeras secuencias del documental están compuestas por postales animadas de los principales monumentos de Valencia, algunos hoy desaparecidos. El director y el operador Juan Andreu transformaron en lugares modélicos las instituciones que retrataban. Grandes espacios abiertos, la luz mediterránea, el mar están presentes junto a los niños y niñas atendidos cuidadosamente por las instituciones.

El documental se daba por perdido hasta su recuperación en 1995. La copia llegó a la Filmoteca en tres bobinas, dos de ellas montadas y una tercera compuesta por pequeños rollos que parecían descartes, pero que se revelaron como fragmentos que completaban planos y secuencias de los otros rollos. La labor de documentación, de identificación de los lugares filmados para reconstruir la continuidad del filme y colocarlos en su lugar ha sido minuciosa, por lo que la presentación del documental restaurado por los técnicos de la Filmoteca tuvo que esperar hasta el pasado mes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_