Crónicas de interés social y cultural

El canal franco-alemán ARTE y TVE estrenarán a lo largo de 2003 cinco nuevas coproducciones documentales de carácter sociocultural e incluidas dentro de La noche temática, el espacio de La 2 que se emite los sábados. Miguel Ángel Nieto ha tomado como punto de partida la figura de un rabino de 33 años, nacido en Sarajevo, y que cree ser el último sefardí hablando ladino del planeta. En Jerusalén le proponen que viaje a Toledo para descubrir sus raíces, las de la comunidad judía expulsada por los Reyes Católicos de la aún balbuciente España. Eliezer Papo, que ése es el nombre del rabino, sirve de hilo conductor de un recorrido por una cultura y la historia del siglo XX, un siglo que con sus guerras, genocidios y expulsiones ha puesto en peligro de extinción ese universo sefardí, que hasta 1939 se mantenía muy vivo en ciudades como Salónica y Estambul y que en el norte de África también resistió hasta la arabización forzosa que acompañó los procesos de independencia. La ciudad de Toledo, pero también los vestigios de la arquitectura judía en Cataluña, La Rioja, Aragón y Extremadura son evocados a lo largo de El último sefardí.

La ciudad castellana de Toledo es protagonista de otro filme, Toledo, las puertas del cambio, de José Pedro Estepa, que remite no sólo a esos años míticos en que coexistieron dentro de sus murallas las tres grandes religiones monoteístas, sino también al atractivo que sus calles y pasado han podido ejercer sobre artistas o escritores de otras épocas, ya fuesen el romántico Bécquer y su visión elegíaca, El Greco y su estilización mística de la realidad o Buñuel, Dalí y Lorca con su mirada surrealista, sin olvidar a Baroja y Azorín, que supieron inscribirla de forma muy personal en el paisaje castellano.

Ana Isabel Muñoz se embarcará en un registro muy distinto. Su curiosidad va hacia el fútbol femenino, que apenas es practicado por mujeres, y que cuando lo es, apenas despierta curiosidad, cuando no sarcasmo y animadversión machista. La cineasta, en 55 minutos, se interesa por mujeres que juegan en Brasil, España, EE UU, Noruega y Alemania, y descubre cómo en cada país su situación es distinta y cómo esa diferencia corresponde a la historia de la mujer en cada país, independiente y autónoma desde hace varias décadas en unos lugares, sumisa aún en otros al poder masculino, capaz en un tercer sitio de aprovechar en su favor el casi nulo interés que despierta el fútbol profesional.

Mi amigo el delfín cuenta en 41 minutos la insólita experiencia de un matrimonio alemán -Volker Todt y Roma Spring- instalado en Tenerife y que se sirve de la ayuda de los delfines para curar los problemas de algunos jóvenes pacientes. La cámara de Juan Pablo Anis sigue el proceso de curación de Dani, un galés de seis años, autista e incapaz, pues, de comunicarse con el mundo exterior, y de Frederik, un alemán que lucha por recuperarse de las secuelas de un tumor cerebral. Los delfines, con su prodigiosa sensibilidad y su lenguaje, aportan a los enfermos algo que parece fuera del alcance de la farmacopea. El etólogo Von Fersen, que dirige el delfinario de Núremberg, relata también algunos de los éxitos terapéuticos obtenidos gracias a los mamíferos marinos.

Pero el más polémico de los cinco programas puede que sea Un cierto gusto por Europa, de Ben Lewis y Ben Fraser, que visita los distintos países de la UE para interesarse por el estado del mundo rural y descubrir unos campesinos subvencionados, explotaciones cada vez mayores, y no siempre más rentables. Los autores ofrecen un análisis histórico de lo que ha sido la PAC, la Política Agrícola Comunitaria, la que hoy absorbe más recursos económicos de toda la UE cuando la importancia demográfica de los campesinos es ya muy escasa. Lewis y Fraser aportan elementos para un debate inevitable, pues ante la constatación de la imposibilidad de seguir manteniendo la PAC como hasta ahora, hay que abordar las distintas disyuntivas teniendo en cuenta factores económicos, ecológicos, sociales e incluso de ordenamiento del territorio.