Aznar elige al ex ministro Romay como nuevo presidente del Consejo de Estado

El Consejo de Ministros designó ayer al ex ministro de Sanidad José Manuel Romay Beccaría nuevo presidente del Consejo de Estado. El veterano diputado gallego, de 68 años, sustituye en el cargo a Íñigo Cavero, recientemente fallecido a los 73 años y quien también fue ministro, de Educación y de Justicia, cuando gobernaba Adolfo Suárez. Romay es de profesión letrado del Consejo de Estado. Ahora ocupaba la presidencia de la Comisión de Justicia e Interior del Congreso y del Comité de Garantías del PP, cargos que deberá abandonar por incompatibilidad.

Romay Beccaría había sido vicepresidente en el primer Gobierno autonómico de Galicia, presidido por el conservador Gerardo Fernández Albor. En 1996, cuando José María Aznar se hizo con la presidencia del Gobierno, este peso pesado del PP gallego era consejero de Sanidad en su comunidad, puesto que dejó para hacerse cargo del ministerio del ramo, en una etapa polémica, sobre todo tras la decisión de recortar el gasto farmacéutico a través de lo que se conoció como medicamentazo, lo que provocó numerosas protestas. También promovió el nacimiento de las fundaciones sanitarias, que la oposición considera una vía para caminar hacia una mayor privatización de los hospitales.

Pese a estas tensiones, Romay cumplió toda la legislatura en ese departamento, aunque, tras las elecciones de 2000, Aznar decidió que no siguiera en el Gobierno. Se quedó entonces como diputado en el Congreso, donde ocupaba la presidencia de la Comisión de Justicia e Interior.

El veterano político, casado y con cinco hijos, ya había ocupado puestos destacados antes de la llegada de la democracia. Entre 1963 y 1966 fue secretario general de Sanidad; en 1974 fue subsecretario del Ministerio de la Presidencia del Gobierno y en 1975, subsecretario del Ministerio de Gobernación, puesto al que le llevó Manuel Fraga, su mentor político, y de allí se fue cuando cesó el actual presidente de la Xunta.

Tras el cese de Fraga, Romay volvió al Consejo de Estado, donde ejerció su profesión de letrado, pero en 1982 retornó a la política, siempre dentro de AP, que luego sería el PP, como diputado por A Coruña, su región natal: es de Betanzos. Allí dirigió el partido y fue su hombre fuerte hasta septiembre de 1999, cuando anunció su dimisión por sorpresa para, según dijo, dejar paso a la renovación. Dejó entonces el partido en esa provincia manos de una gestora.

El Consejo de Estado es un órgano consultivo, cuyo nacimiento se remonta al emperador Carlos V, en 1526. El Gobierno envía al Consejo todas las leyes que se promueven, y éste elabora sus dictámenes que pueden o no ser atendidos.

La presidencia del Consejo es un cargo de designación política. Tanto es así que durante la democracia casi todos los presidentes han sido ex ministros. Lo es Romay, lo fue Cavero y también algunos de sus predecesores, elegidos cuando gobernaba el socialista Felipe González. Entre ellos está el ex ministro de Justicia Fernando Ledesma, que estuvo en ese cargo desde 1991 hasta que la llegada del PP al poder lo desplazó para colocar al centrista Cavero.

Otro ex ministro nombrado durante la etapa socialista fue Tomás de la Quadra-Salcedo, que había sido responsable de Administración Territorial y llegó a la presidencia del Consejo de Estado en 1985, con sólo 39 años.

Una de esas pocas excepciones de ex ministros se dio en 1982, ya que cuando llegaron al poder, los socialistas nombraron a Antonio Hernández Gil, que había sido presidente de las Cortes Constituyentes.

En 1980 fue el ex diputado de UCD Antonio Jiménez Blanco el designado para ocupar la presidencia de un órgano que se define como el "supremo órgano consultivo del Gobierno", esto es, el principal consejero del Ejecutivo.

El Consejo de Estado vivió uno de sus momentos más dramáticos en diciembre de 1976. Su presidente, Antonio María de Oriol y Urquijo, fue secuestrado por los GRAPO, en una operación que amenazó con desestabilizar por completo el proceso de la Transición. Finalmente fue liberado.