El peligro de las celebraciones

La mala suerte y la imprudencia empañaron en Euskadi el comienzo de 2003 a más de una familia. En algún caso, incluso antes de que sonaran las campanadas. Eran las 17.30 del 31 de diciembre y J.P. G. M., vecino de Zamudio de 17 años, vivía con varios amigos los prolegómenos de las celebraciones del nuevo año en la calle Lehendakari Aguirre de Bilbao. "Habían venido a San Ignacio a pasar la tarde y estaban tirando petardos", relata un portavoz de la Policía Municipal de Bilbao. "El joven pensó que uno de ellos se había apagado y lo cogió con la mano".

El gesto le costó caro. El petardo le causó heridas en dos dedos y en la palma de la mano. El joven tuvo que ser trasladado al hospital de Basurto pero, afortunamente, sólo necesitó puntos para curar sus heridas.

Horas más tarde, ingresaba en el mismo hospital otro joven por idéntico motivo. Esta vez era un vecino de Bilbao de 18 años, quien corrió peor suerte. Brindó por el 2003 y bajó a la calle Ercilla. Todavía no habían dado las 00.20 cuando un petardo le estalló en la mano y le segó un dedo.

"Su pronóstico es grave y lo más probable es que haya perdido un dedo", confirmó una portavoz de la Asociación de Ayuda en Carretera, DYA, que le atendió en los primeros momentos.

Los artefactos pirotécnicos no causaron más daños personales, pero sí materiales. Un petardo entró por la ventana en un domicilio de la calle San Agustín de Bilbao poco antes de la 1.00 y originó desperfectos de escasa consideración en la persiana y en el interior de la vivienda. Lo mismo ocurrió en un piso del grupo Zazpilanda de la capital vizcaína y en la calle Badaia de Vitoria, donde una persona quemó sin querer el toldo de su vecino.

"Hemos atendido el mismo tipo de emergencias que otros años", coincidían los portavoces de las policías municipales de las tres capitales vascas. "Pero en general, han sido una noche y un día más o menos tranquilos", aseguraban en San Sebastián y en Vitoria. En Bilbao, en Vizcaya en general, no pueden decir lo mismo. Cuatro personas tuvieron que ser atendidas de diversas lesiones sufridas en distintas reyertas. La primera ennegreció el comienzo de año para un joven de 19 años, víctima de una agresión registrada a las 23.20 en la calle San Francisco de Bilbao, que le causó lesiones de pronóstico reservado. En Santurtzi, horas más tarde era agredido un vecino de 31 años y en la calle Fernandez del Campo de la capital, un varón de 21 años y una mujer de 28.

La Ertzaintza arrestó en la madrugada de ayer a un total de siete conductores, acusados de circular bajo la influencia de bebidas alcohólicas, mientras que la Policía Municipal de Vitoria detenía a otras dos personas ebrias en los controles preventivos que había esyablecido en Nochevieja.

En todo caso, no hubo tregua en la red viaria. Dos jóvenes resultaron con heridas de consideración al colisionar dos vehículos en Hernani, en el que era, al cierre de esta edición, el único accidente de importancia registrado en el País Vasco.