"No habrá bula para Ronaldo"

Ronaldo y Pablo Alfaro se conocieron hace seis años, cuando militaban en el Barcelona y el Atlético de Madrid respectivamente. Se enfrentaron una sola vez, en la Liga 1996-97, en la segunda vuelta, cuando el Barça goleó 2-5 al equipo que entonces entrenaba Radomir Antic. Fue el 13 de abril de 1997. Ronaldo marcó tres de los cinco tantos de su equipo y Alfaro terminó el partido con una cartulina amarilla y un saco de goles a las espaldas de la defensa de la que formaba parte.

El central, ahora jugador del Sevilla y ostentador del récord de expulsiones con 26 tarjetas rojas en 14 años de profesional, asegura que apenas recuerda aquel primer envite. "No guardo memoria especial de Ronaldo en aquel partido. Sé que fue en el Calderón, pero nada más". Esta noche, el líder de la segunda defensa menos goleada de la Liga y una de las más duras y expeditivas del fútbol español, se reencuentra con Ronaldo seis años después y se enfrenta al reto de parar a la estrella brasileña, recién vuelto de Brasil y que aún no termina de encajar en la delantera del equipo más goleador del campeonato, junto a la Real Sociedad, con 29 tantos y un encuentro menos.

Alfaro, pese a su tremendo historial, parece estar este año más comedido, al menos a ojos de los árbitros, que hasta ahora sólo le han mostrado dos tarjetas amarillas en lo que va de Liga. El defensa sevillista, que ya dejó su sello en la nariz de Aguilera en el enfrentamiento con el Atlético de esta temporada en el Calderón, asegura que trabajará para detener a Ronaldo y a sus compañeros madridistas, "como a los demás, con mucha concentración y colocación". "Sí se hace un trabajo específico durante la semana, según las características del rival y sus jugadores, pero a los delanteros del Madrid les tenemos respeto y nada más", asegura con seriedad Alfaro.

El central no piensa que los árbitros vayan a tener una actitud ante los marcajes a Ronaldo distinta, más proteccionista, que con otros delanteros; pero, por si acaso, advierte: "Nosotros no vamos a tener con él más dureza que con los demás, pero tampoco tendrá bula".

Al partido, suspendido en su día para permitir que el Madrid disputara la Copa Intercontinental, se le añade para los sevillistas un aliciente más: la fecha elegida para recuperarlo, el 2 de enero, ha interrumpido antes de tiempo las vacaciones de los futbolistas del Sevilla y provocó en su momento una situación de gran tensión entre ambas plantillas. Alfaro y sus compañeros reprocharon a los madridistas que no se unieran a ellos en su oposición al día escogido por la federación y los clubes. "Hierro me llamó y me preguntó cómo estaba el ánimo de nuestra plantilla. Yo le dije lo molestos que estábamos con ellos porque no habían dicho esta boca es mía", aseguró el capitán sevillista entonces, a finales de noviembre.

Ahora, afirma que cuando salten al campo sólo pensarán en ganar para mantener la racha de dos victorias que han enganchado en Barcelona y Vallecas. "Cuando sí que me acordé de todos fue cuando ayer, día 1, tuve que levantarme temprano para ir a entrenarme y salir luego de viaje en vez de poder disfrutar el día festivo con mi familia".