El eje Detroit Shanghai Turin
Durante su última reunión, celebrada hace unos días, el consejo de dirección de General Motors, la primera empresa industrial de Estados Unidos, esa que conseguía hace unos lustros con un simple estornudo que se constipase la economía norteamericana, decidió nombrar gran jefe, chairman, del primer fabricante mundial de automóviles a Richard Rick Wagoner, en sustitución de Jack Smith que abandonará la compañía en la próxima primavera tras 42 años de permanencia en la misma. A punto de cumplir los 50 años, Wagoner lleva desde 1977 dando vueltas al mundo en puestos de distinta responsabilidad dentro de la órbita de General Motors. Las finanzas europeas y la presidencia de su filial en Brasil han sido los más destacados hasta que en 2000 asume la presidencia del grupo en Detroit.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, General Motors fabricaba prácticamente la mitad de los coches que se vendían en Estados Unidos, cuatro décadas después no llegaban al 25% y atravesaban una importante crisis de la que han conseguido salir gracias al rescate de Europa de Jack Smith y al equipo formado en torno a Wagoner que ha querido recuperar la importancia y el valor de las marcas y los productos frente a la tiranía de las economías de escala y las grandes cifras de producción impuestas años atrás.
En plena digestión de la coreana Daewoo, con la que se ha asentado definitivamente en el mercado del pacífico asiático, Wagoner se enfrenta ahora a varios retos importantes entre los que destaca sin duda la salida de la crisis de Fiat en la que poseen un 20% del capital con opción a quedarse con el resto. Esta operación europea junto a unas indisimuladas esperanzas en el mercado chino donde acaba de adquirir el 50% de una nueva empresa para potenciar su presencia le están obligando a trabajar en un triángulo de gran alcance geográfico: Detroit-Shanghai-Turin. Por otro lado acaba de desprenderse de su división de defensa, que ha vendido a General Dynamics por 1.100 millones de dólares lo que le permitirá un importante respiro para hacer frente a los grandes retos que le esperan con un mercado en clara recesión. Wagoner es uno de los promotores más destacados en el desarrollo de la pila de combustible y protagonizó también una importante revolución en la última edición del Salón de Detroit con su apuesta por un nuevo concepto de vehículo denominado Autonomy, algo así como un monopatín gigante y polivalente.
Dirige un ejército de 355.000 empleados repartidos por todo el mundo, pero es uno de los generales automovilísticos más cercanos y afables.
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