El albergue del Club Alpino
Le dirijo estas líneas en mi calidad de presidente del Club Alpino Español (CAE) con el objetivo de que pueda difundirse el mensaje de preocupación e impotencia que embarga a la junta directiva del club. El pasado mayo, un incendio devastó una gran parte del albergue, propiedad del club, ubicado en la carretera de subida al puerto de Navacerrada. Desde entonces, no han alcanzado los frutos deseados las horas de trabajo invertido por una gran parte de la junta directiva en intentar en el menor plazo de tiempo reconstruir el albergue y, de esta forma, dar un servicio no sólo a las personas socias, sino también a todas las personas montañeras, esquiadoras y, en general, amantes de la naturaleza y de nuestra sierra.
Prácticamente seis meses después, los únicos trabajos que se han podido llevar a cabo han sido los de desescombro, adopción de medidas de seguridad para evitar derrumbes, así como la ejecución de informes técnicos que garantizaran la resistencia del edificio; trabajos todos ellos lentos, aún más con el verano en el medio. Y, ahora cuando parecía que finalmente teníamos un proyecto de rehabilitación, nos enfrentamos con la adversidad meteorológica; pocos años ha llovido tan temprano y con tal intensidad, y pocos han sido los que en estas fechas han recibido tanta nieve como el presente.
A todo ello también es preciso añadir el escaso apoyo -económico, pero sobre todo moral- que tanto desde las administraciones autonómica y local como de particulares, o incluso de los propios socios, se está recibiendo en el club. Los primeros días después del siniestro en diversos medios aparecieron artículos que lamentaban el incendio por lo emblemático del albergue y las administraciones, tanto autonómicas como locales, se pusieron a nuestra disposición; hoy, la soledad de la junta directiva es total; por ello, reclamo la atención de los medios. No se trata sólo de reconstruir un edificio -el albergue del CAE-, se trata de elaborar todo un plan de rehabilitación para el puerto de Navacerrada, ya que cuando no es un edificio es otro el que tiene problemas. El nivel de desolación es cada vez mayor. No dejemos que esto continúe, se necesita la colaboración de todas las personas que se sienten montañeros, esquiadores o sólo amantes de la naturaleza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.