La Lotería más deseada, en euros

Dicen que es el peor sorteo del año. El que menos reparte. Si hiciéramos caso, sería el sorteo de la Lotería Nacional en el que no habría que jugar. Pero resulta que en este sorteo, el de hoy, el de la verdadera lotería, es en el que juega más gente. Y con más emoción y más ganas. En 2001, sin ir más lejos, se jugaron 1.871 millones de euros -una pasta- y este año, según los últimos datos conocidos, estaban consignados 2.361 millones.

La gente juega. Y mucho. Con datos del año pasado, la Comunidad de Madrid se lleva la palma, más de 339 millones de euros en 2001 y 422 previstos este año. Le sigue Cataluña, con más de 314 millones el año anterior y casi 400 este. Y Valencia -comunidad aficionada, donde las haya- se dejó en el 2001 casi 250 millones de euros.

Las Cortes de Cádiz votaron la Lotería Moderna dos semanas antes que la Constitución

Este año, Galicia, que tiene consignados 122 millones de euros -más de 600.000 billetes- ha sufrido una verdadera avalancha compradora. No se sabe por qué, pero la gente está convencida de que los desastres -como el del Prestige- se compensan con la diosa fortuna. ¿Tonterías? Nadie lo sabe. Y nadie se atreve a decir lo contrario.

Juega todo el mundo. En algunos comercios regalan pesetas -ahora céntimos de euro- de participación. Y los amigos siempre intercambian unos euros para compartir decepciones y alegrías. Más de lo primero, por desgracia. Es curioso que algunas empresas hagan de las participaciones de Navidad unas de sus más brillantes operaciones.

Los datos marean. Es el único sorteo que se hace mediante bombo. Todos los números, uno a uno, entran en esa jaula redonda de metal de donde van saliendo para que los niños del Colegio de San Ildefonso los canten con ese tono monocorde que se ha hecho popular. De otro bombo salen los premios, también uno a uno. Y también convenientemente cantados.

El sorteo viene a durar unas tres horas. Según los asiduos, lo bonito es que el Gordo no salga enseguida. Para darle emoción. Hay 180 series y cada serie tiene 66.000 billetes. El precio de cada número completo es de 36.000 euros. Y cada décimo cuesta 20 euros. Para comprar un billete completo hay que desembolsar 200 euros.

El total de la emisión asciende a 2.376 millones de euros. Es el primero que se celebra en la moneda común europea. A premios se destina el 70% -1.633.200.000 euros-. Y cada serie reparte en premios 9.240.000 euros. Los premios suman un total de 18.754.200, casi uno por cada dos españoles. ¿Cómo es posible que a tantos no les toque nada?

Por serie, los premios se distribuyen así: uno de 2 millones de euros; uno de 960.000, uno de 480.000, dos de 200.000, 4 de 48.000 y 1.531 de 1.000 euros. Con aproximaciones y terminaciones, hay un total de 10.419 premios por serie.

Las bolas de los bombos son de madera de boj y llevan grabadas a fuego el número o el premio. Poca gente sabe que hay tres personas encargadas de cerrar el salón del sorteo la noche anterior. Es decir, anoche tres personas con tres llaves distintas procedieron a clausurar la sala. Se les conoce como claveros, nombre que ni pintado pues significa eso, los de la clave o llave.

Pero si quiere ser un erudito en lo que se refiere a sorteos, se puede presumir de conocer algunas curiosidades. Por ejemplo, el número 15.640 ha repetido el Gordo dos veces, en 1956 y 1978. Hasta hoy, no han obtenido primer premio los millares siguientes: 27, 37, 39, 41, 44, 51, 54, 62 y 64.

El 5 ha sido el número final que más veces se ha repetido en el Gordo. Nada menos que 30 veces, aunque nunca ha terminado el Gordo en 25. Si usted lleva alguna participación acabada en 85, sepa que seis veces ha acabado el gran premio en esas cifras. Y si ha elegido el 09, 10, 13, 21, 34, 41 o 78, que nunca les ha sonreído la fortuna. Pero a lo mejor, la suerte cambia.

Si quiere presumir de conocer la historia, no debe olvidar que la actual lotería nació en España durante la Guerra de la Independencia. El proyecto, presentado por don Ciriaco González Carvajal, ministro del Consejo y Cámara de Indias, fue aprobado por las Cortes de Cádiz, sin votos en contra, el 23 de noviembre de 1811. Lo que son las cosas, se llamó Lotería Moderna, para diferenciarla de la llamada Lotería Primitiva, instituida en 1736 por el marqués de Esquilache y que ahora ha vuelto ha rondar el sueño de los españoles.

La Lotería Moderna celebró su primer sorteo el 4 de marzo de 1812, dos semanas antes de que se proclamara la primera Constitución. Los españoles han metido siempre más prisa al azar que a las libertades.

Si no toca, siempre queda la esperanza del año próximo. Y de probar suerte en la de El Niño.