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LA CRÓNICA
Columna
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El Barça en Sant Joan de Déu

Cada año, los niños ingresados en el hospital materno-infantil de Sant Joan de Déu reciben la visita de los jugadores del Barça. Leí en El Mundo Deportivo que el gerente del hospital, Josep Ganduxé, le dijo al entrenador: "Los pacientes no os tendrán en cuenta la derrota contra el Sevilla". Qué gran verdad. Los inocentes niñitos aceptarían con la misma alegría a un equipo de Primera División que a uno de Segunda. Es más, seguro que, con la emoción, se les quedaron palabras de agradecimiento en el tintero. Por eso me voy al hospital a hablar con ellos, para que tengan la oportunidad de decirle a la directiva del club, a través de esta humilde crónica, lo poco que les importa la clasificación.

El Barça visitó Sant Joan de Déu. A un niño le tocó Van Gaal y no se atrevió a decirle lo que pensaba

Me recibe Tina Parayre, la amable y competente coordinadora de los voluntarios. Me explica algo que me alegra: la mayoría de los enfermos que estaban ese día en Sant Joan de Déu ya tienen el alta. Pero hay dos, uno de 10 años y otro de 14, deportistas y muy aficionados al fútbol, que siguen allí y tienen permiso para hablar con nosotros. El más pequeño vendrá a vernos al despacho, con su madre, y al otro le iremos a ver a su habitación. Mientras esperamos, Tina me cuenta que lleva 14 años en el hospital, 12 de voluntaria y 2 de coordinadora, por tanto ha recibido a los del Barça en 14 ocasiones. Les ha visto después de ganar la copa de Europa y ahora que van tan mal. Tina, este año, no les comentó nada de la clasificación porque cree que "el Barça es como una familia y las familias, en las desgracias, tienen que estar unidas". Es más; la vez que más simpáticos y más próximos le han parecido ha sido ésta. "Se les veía compungidos".

Luego ya llega Sergi, el niño al que estábamos esperando. "Sí que teniu joguets, aquí", exclama. Le pregunto si quiere transmitirle algún mensaje de amor a la directiva del Barça y contesta que le dio vergüenza comentarle a Van Gaal lo horroroso que fue el partido contra el Sevilla aunque lo estuvo pensando todo el rato. Como los jugadores se distribuyeron por plantas, a Sergi le tocó la visita de Van Gaal, Saviola y De Boer. "A De Boer le hubiese dicho: 'Frank, cometes errores que no se entienden', pero no lo hice porque soy tímido y porque encima que tienen el gesto de venir es maleducado no agradecérselo. Mi preferido es Puyol y el único portero que me gusta es Víctor Valdés. Xavi reparte bien. Es que este equipo es... Al principio lo hacen bien y luego pringan. Nos dieron sus fotos, sus banderines, y mira, los cogimos. Pero si continúan así bajan a Segunda. Gaspart no vino, el pobre. Ese que se quiere presentar a presidente tampoco me gusta, pero creo que Gaspart debería dimitir un poco. El entrenador que a mí me gustaría es Johan, el padre de Jordi Cruyff".

Dejamos a Sergi y vamos a ver al otro chico. Me acompañan dos de las voluntarías, Cristina y Mari Merche, que por el camino también me relatan cómo lo vieron. "Creo que los jugadores fueron bastante humanos", cuenta Mari Merche. "Me quedé impresionada con Kluivert dando besos, le vi una persona encantadora, maja. Y Víctor Valdés es un sol. Estuvo ingresado en la planta 5 hace unos seis años y tiene un gran recuerdo de este hospital. El más solicitado era Puyol, claro. Y figúrate que nos quedamos encerrados en el ascensor Puyol, Kluivert y yo". La miro con envidia. Es el argumento de un sueño erótico que tengo a menudo.

Entramos en la habitación del chaval, que también está acompañado de su madre. "En Gaspart és un soca", me dice, a modo de saludo, en un catalán admirable. (Sé que Gaspart no se lo tendrá en cuenta a causa de su tierna edad). A continuación me pide que no escriba su nombre, sino sólo su inicial. "Quiero permanecer en el anonimato porque soy muy crítico con la gestión de Gaspart, y Gaspart, a mí, me conoce". Pactamos, pues, que se llamará M. "Es que me conoce porque cuando celebramos los 25 años de peñas azulgrana, como soy jugador del Barça de hockey, me lo presentaron". Y a continuación se arranca: "Sinceramente, yo haría un poco de limpieza en el club. El día que vinieron no dije nada porque todos estábamos contentos. Ingresado tienes pocas distracciones y que los del hospital te monten algo así te hace ilusión durante toda la semana, la semana antes y la semana después. Pero ahora creo que Gaspart debe valorar lo que ha hecho y sobre su valoración tiene que decidir qué hacer. Es bastante mayor y tiene bastante experiencia. ¿Bassat? ¿Qué quieres que te diga? Yo veo que sería una solución para cambiar, y todos tenemos ganas de cambiar de caras, en el club. Como entrenador vería bien a Bianchi o a Capello. Sí, claro, no tenemos dinero -Florentino Pérez administra mejor-, pero lo del dinero nunca se sabe. No nos lo enseñan todo. En cuanto a Cristanvaal y Frank de Boer, son unos totxos que no sirven para nada.Tal como estamos ahora en la liga, si terminamos en la décima posición ya me conformo. Dicen que quieren traer a Romario. ¡Madre mía! Pero si es un abuelo de 36 años. Dijimos que no queríamos a Ronaldo y ahora queremos a Romario. ¡Pero si un día encontraremos un trozo de rodilla suya en la grada! Ahora bien, Gaspart no reacciona. Aquí no dimite nadie. Ni Aznar por el Prestige ni Gaspart por lo del Barça".

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Qué pena que los niños se hagan mayores y pierdan esta inocencia tan encantadora.

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