Dos ex directores generales socialistas niegan competencias de control al consejo de RTVV
Los representantes del PP en el ente atribuyen a Villaescusa la potestad presupuestaria
Catorce testigos declararon ayer en el juicio contra José Vicente Villaescusa, director general de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), por impedir que los consejeros del ente ejerzan su función de control al no facilitar información. Los representantes del PP dijeron que el consejo de administración no tiene funciones de control de las cuentas. Amadeu Fabregat, ex director general de RTVV, y Jordi García Candau, ex director general de RTVE, ambos en gobiernos socialistas, coincidieron en señalar que el presupuesto es potestad del director general, aunque el consejo esté en contra.
Miguel Mazón, miembro del consejo de administración por el PSPV y autor de la querella que ha llevado a juicio a José Vicente Villaescusa, director general de RTVV, fue el primero en declarar en la sesión de ayer, en la que durante algo más de cuatro horas lo hicieron catorce testigos. Mazón afirmó que "el presupuesto del ente es el elemento clave de la gestión de la televisión valenciana" y que "el consejo de administración, como el de cualquier empresa, está obligado a ejercer su función de control y fiscalización porque para eso han sido elegidos sus miembros y nos pagan los valencianos". Según Mazón, el comportamiento de Villaescusa le impide realizar su trabajo "porque no facilita la información a pesar de requerimientos reiterados y cuando lo hace, con 48 horas de tiempo, no aporta la documentación necesaria ni hay tiempo material para analizar un presupuesto tan complejo para poder debatir y presentar enmiendas". Ahora bien, el consejero aseguró que "para lo que sí da tiempo es para darse cuenta, al menos en mi caso, que tengo experiencia y he sido secretario general en la Consejería de Hacienda, para detectar los gravísimos problemas económicos de la empresa".
Tras la intervención de Miguel Mazón, dos constantes se repitieron en el resto de interrogatorios: conocer si el consejo de administración tiene o no entre sus funciones la de controlar las cuentas del ente público y si en tal caso son suficientes las 48 horas que como mínimo establece la ley. Marina Gilavert, Gloria Marcos, Manuel Ramón Prieto y Dolors López, consejeros de la oposición, coincidieron en el retrato descrito por Mazón. Según ellos, los incidente de 2000, que dieron origen a la querella, supusieron un fraude flagrante de ley porque Villaescusa convocó el 23 de octubre una sesión del consejo de administración para el 25 siguiente cuando la documentación no estaba disponible y el 24 fueron aprobados los presupuestos de la Generalitat para el año siguiente, en los que se incluía la partida correspondiente a RTVV.
Consejo sólo político
Amadeu Fabregat, durante los siete primeros años de vida de RTVV en funciones de director general, y Jordi García Candau, que fue director general de RTVE y ahora ejerce idéntica responsabilidad en la televisión autonómica de Castilla-La Mancha, ambos en gobiernos socialistas, minimizaron las funciones del consejo de administración de una televisión pública. Ambos afirmaron que el funcionamiento del órgano de RTVV que recoge la Ley de Creación se inspira en el que marca la dinámica del consejo de administración de RTVE, aunque García Candau dio un paso más al asegurar que "llevado al absurdo, un director general podría presentar a la Generalitat un presupuesto sobre el que hubieran votado en contra todos los miembros del consejo". Amadeu Fabregat, que precisó que no entraba en discusiones semánticas porque no es jurista, insistió en que "le corresponde al director general la responsabilidad de elaborar los presupuestos, quien marca la cifra definitiva en la Consejería de Hacienda y el director es el que decide cómo se reparte". Precisó que mientras él fue director general, nunca entregó los presupuestos con 48 horas de tiempo sino con quince días pero "había otro clima político, las relaciones eran buenas, favorecían la comunicación, pero es irrelevante que el consejo apruebe el presupuesto". Fabregat abogó por una reforma de la ley "para que el director general tenga más competencias y esté todo claro"
Jordi Gacía Candau, que intervino en la redacción de la Ley de Creación de RTVV, quitó toda relevancia jurídica al consejo de administración de la televisión valenciana sobre las cuentas del ente, afirmó que "el director general es quien, con entera libertad, distribuye las magnitudes aprobadas por Hacienda, tiene potestad para ello. El consejo es un órgano de carácter político, no mercantil, y la gestión es del director general".
Los consejeros de la oposición Antonio Lys, hasta el pasado mes de septiembre secretario de dicho órgano; Emilio Fernández Sierra, presidente del consejo; Víctor Campos; José Alberto Fabra; Aurelio Hernández, ex consejero de RTVV y recientemente despedido de idénticas funciones en Aguas de Valencia, y Fermín Aliaga afirmaron que con 48 horas hay suficiente tiempo para estudiar los presupuestos. Aunque Lys admitió que "nunca he presentado enmiendas" y agregó que "los miembros del consejo son elegidos por las Cortes y no están sometidos a disciplina de partido". También dijo que "siempre se imponen los criterios del grupo mayoritario y que "los presupuestos de RTVV llegan al consejo como dice la ley y la documentación es completa".
Del 'rey mago' al 'mazonazo'
La segunda sesión del juicio en el que se sienta en el banquillo de los acusados el director general de RTVV, José Vicente Villaescusa, dejó atrás la navideña comparación con la carta a los reyes magos en que se convirtió el presupuesto del ente en palabras del imputado y dejó paso al agrio adjetivo de "mazonazo". Fue Francisco Puchol, abogado de la Generalitat que defiende a Villaescusa, quien en el duelo dialéctico que libró con Mazón, tras varias embestidas, trasformó las consideraciones del consejero socialista en las sesiones del consejo de administración en "mazonazos". Lejos de ofender, el afectado elevó el cinismo hasta admitir: "No sabía que era así pero no sabe cuánto me alegro".Mientras Puchol y Mazón tensaban el interrogatorio hasta el punto de que el letrado admitiera estar haciendo broma y su señoría tuviera que mediar para apaciguar los efectos de la "incomprensión" que aparentaba sufrir el consejero que interpuso la querella, el vestíbulo de los juzgados de Lo Penal de Valencia, en Gayano Lluch, fue escenario de un extraño baile. La presencia de fotógrafos hizo que cada cual se pensara muy mucho con quién ser retratado y de quién aceptaba besos. "A mí no me saques con ninguno de ellos", pedía una consejera de la oposición refiriéndose a un homólogo del PP. Pero el paso más duro le tocó a Aurelio Hernández. Su reciente condición de ex de Aguas de Valencia llama a la prudencia. Antonio Lys le saludó con prisa. Víctor Campos apenas le vio. A Emilio Fernández, muy ocupado dando órdenes a la colaboradora que le acompañó -y que se ocupó de mantener alejados del lugar a Jordi García Candau y a Amadeu Fabregat hasta el instante mismo en el que dos horas después de iniciada la vista fueron llamados-, le pasó desapercibido. Y los contrincantes socialistas sólo coincidieron en un escaso receso de seis minutos que concedió la magistrada, en el que Miguel Mazón se acercó a Fabregat, a quien acompañaba García Candau, y de quien después de un correcto apretón de manos, escuchó: "Como periodista te diré, Miguel, que esto es un rollo".
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