Honestidad y efervescencia

Decía Lou Reed: "El rock and roll es una de las pocas cosas honestas que quedan en este mundo", y para darle la razón en una máxima tan cargada de cariño el ex-trío, y ahora cuarteto, de Oxford ofreció en directo en un extraordinario concierto en el que pudo verse y escucharse a cuatro jóvenes tocando sus instrumentos con corazón y convicción. Nada más y nada menos, lo cual, en tiempos de sacrosanto marketing y desbordado culto a la imagen, sí que es un auténtico triunfo. Máxime si se tiene en cuenta que la tendencia de la mayor parte de los grupos ingleses de última generación es ir perdiendo verdad a medida que van grabando más discos. Pues bien, lo último de Supergrass, el disco Life on Other Planets, muestra un tremendo homenaje vocal del solista Gaz al difunto Marc Bolan, guiños a Elvis y puro sonido punk-pop; y eso, contemplado el directo del grupo, no queda en pura pose diferencial.

A sala llena, la banda repasó viejos y nuevos éxitos, exhibiendo ya una buena experiencia instrumental y no dando gato por liebre en ningún momento. La excelente voz de Gaz llegaba a donde tenía que llegar; la labor de la sección rítmica era contundente y el apoyo de los teclados ofrecía el complemento armónico imprescindible a una formación que ha heredado de los añejos tríos mods el sonido valiente y energético.

Aunque el grupo no tuvo el detalle de interpretar su máximo éxito comercial hasta la fecha, Alright, sí dió un repaso a su discografía de singles, de canciones que funcionan por sí mismas y que proporcionan apenas tres minutos de efervescencia y diversión juvenil. De entre las viejas, caben destacar Lenny o Caught by the fuzz, de su primer y glorioso disco I should coco, y Seen the light y Brecon Beacons. Suficientes canciones y lo suficientemente bien tocadas para dar la razón a Lou Reed; y es que con la honradez se puede ir a todas partes, porque siempre se queda bien.