La presidenta del Instituto de la Mujer acusa a Duran Lleida de forzar su cese
El Gobierno situará a Joana Ortega en el lugar de Margarida Álvarez, ambas de Unió
En el Instituto Catalán de la Mujer (ICM) siguen mandando los hombres. Al menos así lo cree la actual presidenta de este organismo, Margarida Álvarez, quien será relevada del cargo en la próxima reunión del Consell Executiu, la semana próxima, según fuentes del Gobierno catalán. Álvarez, militante de Unió Democràtica (UDC), atribuye su inminente salida de este organismo a una decisión del jefe de su partido, Josep Antoni Duran, que ha promovido a una dirigente de su confianza, Joana Ortega. "El señor Duran me ha obligado a marcharme", asegura Álvarez.
El relevo al frente del ICM, adscrito al Departamento de Presidencia -dirigido por el conseller en cap, Artur Mas-, se materializará en la última reunión del Consell Executiu del año, el próximo martes, según confirmaron a este periódico fuentes del Gobierno catalán. Álvarez fue nombrada presidenta en enero del año 2000 en sustitución de Joaquima Alemany, de Convergència Democràtica (CDC), con lo que este puesto pasó a ser asumido desde entonces por UDC.
El cambio fue visto en su día con reticencias por la oposición de izquierdas, que mostró su preocupación porque el organismo creado para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres estuviera bajo la tutela de un partido democristiano. Álvarez, no obstante, no ha durado ni dos años en el cargo. El próximo martes será sustituida por su correligionaria Joana Ortega, que tiene un perfil mucho más político: es portavoz adjunta del grupo municipal de Convergència i Unió (CiU) en Barcelona y miembro del comité de gobierno de Unió.
Dolida
Ortega es una estrecha colaboradora del líder de UDC, Josep Antoni Duran, a quien Álvarez señala directamente como responsable de su cese. La todavía presidenta del Instituto Catalán de la Mujer admitió que la próxima reunión del Consell Executiu acordará su relevo y no ocultó su malestar por la decisión: "El señor Duran Lleida me ha obligado a dejar el cargo", afirmó a este periódico.
Álvarez, que es funcionaria desde 1983 y ahora en excedencia, se muestra "muy dolida" con la decisión, a su juicio tomada directamente por Duran: "Que quede claro que no es una cuestión de gobierno, sino que se trata de una decisión de Duran, quien quiere en el cargo a una persona concreta", asegura.
La supuesta injerencia masculina en el Instituto de la Mujer no sería nueva. Hasta el año 1998, el máximo responsable formal de la entidad era el presidente del Gobierno catalán, Jordi Pujol, quien delegaba en Joaquima Alemany las tareas ejecutivas. Este organigrama fue puesto reiteradamente por la oposición como ejemplo del escaso interés del Ejecutivo de Pujol por fomentar la igualdad.
Margarida Álvarez añade que a pesar de la "decepción" por su cese seguirá como militante de Unió. "El partido está por encima de las personas", explica, antes de subrayar: "Tiene que quedar claro que [el cese] no es una cuestión de gobierno, sino que Duran me ha obligado".
La secretaria general de UDC, Marta Llorens, aseguró que la decisión nada tiene que ver con el partido, sino que se trata de un "asunto del Gobierno". Un portavoz de Presidencia justificó el relevo por el interés del Ejecutivo en "dar un nuevo impulso a las políticas integrales de apoyo a la mujer". El mismo portavoz explicó que las prioridades del ICM en esta nueva fase serán "la lucha contra la violencia doméstica y el apoyo a la familia".
Seguirá como concejal
Joana Ortega, de 40 años, ya ha ido anunciando en círculos de su entorno su inminente elección como presidenta de la entidad. Fuentes de CiU afirmaron que la dirigente democristiana ha explicado a personas de su confianza que tiene la intención de mantenerse como concejal -incluso en el próximo mandato- y compatibilizar el Ayuntamiento con la presidencia del Instituto. De hecho, su compañera Maite Fandos, de Convergència Democràtica (CDC), es al mismo tiempo concejal en Barcelona y directora del mismo organismo.
Las mismas fuentes explican que Ortega aspiraba a dirigir Unió en Barcelona, responsabilidad que finalmente recayó en Sònia Recasens, también concejal de CiU en Barcelona. En aquel momento, Ortega aceptó la decisión de Duran -ratificada por la dirección de la Intercomarcal de Barcelona- con una disciplina que ahora Unió recompensará con su promoción al frente del Instituto.
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