La Filmoteca de Andalucía recibe una película que muestra a Luis Cernuda

La Filmoteca de Andalucía ha recibido una donación de lujo: la única filmación que se conoce del poeta Luis Cernuda, a quien puede verse paseando por el Alcázar de Sevilla. La cinta contiene también otras imágenes inéditas de autores de la Generación del 27, de Jorge Guillén a Pedro Salinas. Precisamente ayer, día en que se cerró el año Cernuda y comenzó el dedicado a Alberti, los dos poetas compartieron pantalla en Córdoba.

Esta cinta, que dura apenas 10 minutos, es, para Carmen Calvo, consejera de Cultura, "un documento histórico de importancia trascendental". Incorpora cuatro grabaciones, realizadas entre 1920 y 1925, en Sevilla, Torrevieja (Alicante) y Madrid.

Por Sevilla andaba Luis Cernuda, dando vueltas meditativas por los jardines del Alcázar y mirándose en los estanques. En la playa de Torrevieja estaba Pedro Salinas; en Madrid son retratados Rafael Alberti, Jorge Guillén, Manuel Altolaguirre, Dámaso Alonso... Todos jovencísimos, cuando apenas iniciaban su carrera poética; todos paseando, charlando, bromeando y jugando, sin hacer nada de particular ante la cámara.

El autor de las filmaciones fue Juan Guerrero Ruiz, hombre de artes y de letras, fundador de revistas, muy unido a los poetas de la Generación del 27. Él las rodó, a modo de experimento festivo, con una cámara para aficionados de nueve milímetros y medio, en un momento en el que tales aparatos eran una verdadera rareza. Guerrero murió en 1955, y su mujer en 1958. Poco después, sus hijos ofrecieron a Rafael Zarza que pasase por su casa y eligiese el recuerdo que más le gustase.

Lo que escogió fueron unas latas de películas Pathé Baby, cuatro rollos, más por la antigüedad del formato, propio de los años veinte, que por el contenido que, pensaba Zarza, debían ser historias de Charlot o del Gordo y el Flaco. Si a Zarza no le hubiesen llamado la atención, habrían ido a parar a la basura.

Pasaron casi dos décadas sin que nadie viese las filmaciones. Y Zarza se llevó una sorpresa mayúscula al descubrir, ya en 1979, lo que contenían: imágenes caseras de los poetas del 27. Estaban muy deterioradas, y para restaurarlas hubo que filmar fotograma por fotograma, para luego pasarlas a 35 milímetros.

En 1983, Zarza viajó a Málaga y llevó una copia en vídeo de la película a Jorge Guillén, que tenía ya 90 años. El poeta se asombró enormemente y escribió, tras largos años de inactividad literaria, el que sería su último poema, Misterioso. En él habla del "vivir del amigo muerto", menciona a Salinas con profunda nostalgia, y dice, entre otras cosas: "Vuelve el pasado en movimiento / y el instante insignificante / llega en seguida a conmovernos".

Carmen Calvo se mostró muy satisfecha de que Rafael Zarza hiciese expreso su deseo de que esta película, muy codiciada, estuviese en la Filmoteca de Andalucía, que tiene su sede en Córdoba. Zarza dijo que prefería que el material fílmico se conservase en una institución donde no fuese manipulado políticamente.