Ridículo del Madrid en Alicante
Un parcial en contra de 23-3 en el último cuarto causa la quinta derrota madridista
Si a un equipo construido para pelear por la Liga, que gana de siete en el último cuarto, le sacan de la cancha con un parcial de 23-3, la conclusión es clara: no tiene la personalidad suficiente, ni el talento necesario, ni la mentalidad mínima para ser un grande. Todo ello sin menospreciar al Lucentum. El estado de gracia de su base Pablo Prigioni y la clase de Perasovic obraron el milagro. Sin su acierto, hubiera sido imposible el ridículo del Madrid. Con 60-67 a su favor, y a falta de siete minutos, el equipo de Imbroda perdió la compostura ante las andanadas de su rival, bajó los brazos en defensa, y se estrelló contra la zona que, a la desesperada, organizó el técnico de los alicantinos, Julio Lamas.
LUCENTUM ALICANTE 83 - REAL MADRID 70
Lucentum Alicante: Prigioni (25), Perasovic (16), Stojic (0), Roe (13), Junyent (12); Millera (0), López Valera (6), Gómez (0) y Baldo (2). Real Madrid: Victoriano (6), Herreros (10), Mumbrú (14), Alston (9), Tarlac (11); Mulaomerovic (3), Lucio Angulo (4), Digbeu (5) y Alfonso Reyes (8). Árbitros: García, Redondo y Peruga. Eliminados: Mulaomerovic, Tarlac y Junyent. Unos 5.225 espectadores en el Centro de Tecnificación de Alicante.
Hasta entonces, el Madrid había cumplido, con más problemas de los esperados, con su papel de favorito. Supo defender bien a Perasovic, con Angulo tan motivado como siempre, y consiguió que el Lucentum se ahogara en el inicio del último cuarto por la ausencia en ataque de su líder. Inexplicablemente, Imbroda renunció a Angulo para defender a Perasovic en los instantes finales, y el croata no perdonó, siendo clave en la remontada de los alicantinos. El Lucentum ya había avisado en el segundo cuarto, cuando también puso en evidencia la defensa madridista con un parcial de 12-0.
Además, Mulaomerovic hizo un flaco favor a su equipo al cometer una falta personal y una técnica, en el tercer cuarto, que le mandaron al banquillo prematuramente. El Madrid notó su ausencia y no encontró en Victoriano el director de juego adecuado. Con Mumbrú desde el perímetro y Reyes en la zona, el Madrid abrió la brecha de siete puntos en el último cuarto. Entonces llegó el desastre: bombardeo de tres de Prigioni y Perasovic, indolencia del Madrid, y parcial de 23-3. Derrota que corta de cuajo la presunta reacción madridista y que convierte al Lucentum en una de las revelaciones de la Liga.
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