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Crónica:FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Aganzo impulsa al Valladolid

El Athletic se adueña del balón, pero no le sirve para nada

El Valladolid terminó con su racha de derrotas con dos goles de Aganzo. Pero no terminó de superar los problemas que arrastra desde el inicio de la temporada. El cuadro vallisoletano sólo estuvo por encima del Athletic cuando el partido se rompió, cuando los bilbaínos comenzaban a impacientarse por su dominio estéril. Porque el Athletic fue el dueño de todo lo que ocurrió sobre el césped hasta el primer gol de Aganzo, pero ejerció su jerarquía sobre el partido sin ninguna de las urgencias que marcan su clasificación. Lo hizo sin esmerarse en acabar con un rival con el que no es muy difícil acabar, pero los de Jupp Heynckes se habían contagiado de la lentitud del Valladolid y se fueron al descanso sin ningún premio.

VALLADOLID 2 - ATHLETIC 0

Valladolid: Bizarri; Torres Gómez, Peña, Mario (Gaspar, m. 84), Marcos; Colsa, Jesús (Sousa, m. 76); Sales, Óscar, Antonio López (Chema, m. 77); y Aganzo. Athletic: Aranzubia; Javi González, Lacruz, Karanka, Larrazabal; Gurpegui (Arriaga, m. 86), Orbaiz (Julen Guerrero, m. 74), Alkiza; Etxeberría, Yeste (Ezquerro, m. 68); y Urzaiz. Goles: 1-0. M. 62. Sales se interna, supera la salida de Aranzubia y su disparo lo despeja la defensa. El balón le llega a Aganzo, que marca desde el punto de penalti. 2-0. M. 72. Aganzo remata en el aire, de volea, un centro de Oscar. Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a Peña, Lacruz, Orbaiz y Aganzo. Unos 13.000 espectadores en el nuevo estadio de Zorrilla.

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Gaspart, acorralado

El Valladolid había pasado más de seis horas de competencia sin goles y por fin ayer marcó. Lo hizo Aganzo, cuya única aportación a lo largo de todo el choque había sido una fortísima entrada sin balón a Orbaiz. Marcó el equipo de Moré después de la primera jugada de peligro en mucho tiempo de Fernando Sales, uno de los pocos jugadores del Valladolid con capacidad para desequilibrar.

El Valladolid sólo tuvo que esperar a que el partido se rompiese porque no fue capaz de superar a su rival en ningún momento. La precariedad con la que se mueve el centro del campo y la falta de movilidad de sus delanteros hizo que se enfrascase en una lucha en zonas inofensivas. Los goles fueron casi accidentales.

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