Los abusos de las empresas de fontanería
El pasado día 11 de noviembre solicité a una empresa el servicio urgente de un fontanero por la rotura de un grifo que me obligaba a mantener cerrada la llave de paso de agua a mi vivienda. A pesar de la festividad del día me vi obligada a llamar, puesto que durante la semana el horario de trabajo de los componentes de la familia hace imposible estar en casa en las horas que se consideran de oficina o comercio.
La factura final por 10 minutos de trabajo y el recambio de un grifo que costaba seis euros fue de ¡216,82 euros! A esto hay que puntualizar que el presupuesto inicial que figura como elaborado se reduce a la comunicación, a través del teléfono móvil del fontanero que estaba de camino, de que la tarifa mínima sería de 180 euros y que el importe de la pieza sustituida no figura en la factura porque esto hubiera supuesto un incremento de ¡20 euros! en el importe final. La reparación tuvo lugar en la misma ciudad.
Abusos de este tipo deberían ser atajados por parte de las oficinas de atención al consumidor o la asociación de consumidores, con medidas que obligaran a la publicación de tarifas en los propios anuncios de Páginas Amarillas de las empresas de servicios urgentes o con otras que ofrecieran al usuario transparencia y confianza a la hora de solicitar un servicio.
Mi sensación en este momento es de indefensión total y de estar en manos de unos cuantos que han decidido hacer su agosto a costa de la situación de emergencia de personas como yo. Por estos días sigo en los medios de comunicación la polémica suscitada por la supresión del IAE y oigo a la señora Esperanza Aguirre explicarnos a todos las ventajas de esta decisión, poniendo concretamente el ejemplo de un fontanero que pagaba un impuesto de 676 euros anuales y que, con esta medida, dejará de hacerlo. Señora Aguirre, saberlo me ha tranquilizado mucho.-
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