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Entrevista:EDUARDO MADINA | Dirigente de Juventudes Socialistas de Euskadi

"Arzalluz no ve que al PNV le llega el momento de renunciar"

Eduardo Madina está crecido política y humanamente a sus 26 años. El 19 de febrero, se cumplirá un año del atentado en que ETA intentó asesinarle con una bomba lapa que le mutiló una pierna. Es como si este hecho hubiera sacado a la luz el "animal político" que reconocen en él los más de 400 militantes que se reunirán los próximos sábado y domingo en Bilbao en el V Congreso de las Juventudes Socialistas de Euskadi.

Madina, secretario de Política Institucional de la organización juvenil, ha recorrido en los últimos meses las casas del pueblo explicando su proyecto para suceder, si finalmente formaliza su candidatura, a su actual secretario general, Daniel Díez, quien no se presenta a la reelección y al que Madina elogia por su "trabajo con lo que nos ha llovido".

"Los modelos de consulta hay que hacerlos en sociedades sanas"

La ponencia política que discutirá el congreso, que ha recibido 215 enmiendas, además de plantear política activas sobre vivienda, ecología, cultura, educación o construcción europea, entra de lleno en las condiciones que deberían cumplirse para celebrar una consulta sobre el modelo de país: ausencia prolongada de "todo tipo de violencias", pregunta clara y mayorías cualificadas, una postura ya aprobada en el congreso de 1999. "Nada que ver con lo de Ibarretxe", subraya Madina.

Pregunta. ¿Cómo llegan las Juventudes a este congreso?

Respuesta. De nosotros se ha dicho casi todo: que éramos pronacionalistas, que defendíamos la autodeterminación o que íbamos de rodillas al batzoki y nos encantaba el olor de sus pinchos de tortilla. Ni una cosa ni la otra. Nos asustan los centralismos y nos da un miedo terrible la bandera española en la Plaza Colón [de Madrid] y la ikurriña que cuelga de Sabin Etxea. No nos gustan los modelos que llevan detrás. Sólo queremos que no nos bauticen. Y, mientras tanto, hemos visto atentados de cerca, caer compañeros y cómo nos iban escoltando. Pero a la vez he visto una organización ilusionada por un tiempo de cambio. Es impresentable la política del PP, desde el Prestige, mientras Fraga presenta libros de conventos, hasta su política antisocial, pasando por la inmigración...

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P. Ha pasado la última semana discutiendo con sus compañeros europeos el proceso constituyente que viven los Quince con la Convención que preside Valery Giscard d'Estaing.

R. Ha habido comparecencias muy buenas de Moratinos, Toledo, Barón. Esta quinta ampliación, la más numerosa en la historia europea, va a ser la más interesante. Hay matizaciones a la propuesta de Romano Prodi que refutaba en parte la Constitución de Giscard, está el informe Napolitano que habla de la participación política de las regiones, la guerra en Irak, Palestina. Europa está en plena efervescencia.

P. Zenarruzabeitia ha reclamado la implicación de la UE para resolver el conflicto vasco.

R. Santiago Abascal [del PP] y yo, como miembros de la Convención joven de julio pasado, hemos participado por separado en la comisión de la Cámara vasca sobre el futuro de Europa. Siempre hemos pensado que las entidades regionales con competencias legislativas, cuando hay un Consejo de Ministros de la UE que afecte a sus competencias, tienen derecho a estar presentes. Pero de ahí a proponer, de manera vanidosa, dentro del derecho comunitario fórmulas como el modelo de Estado de Libre Asociación que abandera el lehendakari, un modelo de liturgia nacionalista imposible de llevar a la práctica, hay un abismo. Zenarruzabeitia debe pedir que Europa se involucre para ayudarnos contra ETA, algo en lo que últimamente el Gobierno vasco está teniendo déficits claros.

P. ETA le acaba de espetar a Ibarretxe que su plan sólo busca "un nuevo Estatuto para la guerra" y cometer un "nuevo fraude".

R. Lo que ETA opine políticamente nunca me ha importado, porque su única forma de expresión son las bombas y las pistolas. Pero sí tengo claro que este plan es inoportuno. No se puede plantear un diálogo sobre las posiciones maximalistas de cada partido como hace Ibarretxe. El camino es justo el contrario: caminar hacia posiciones de consenso. Y cuando los problemas fundamentales estén solucionados, cada uno podrá plantear su techo ideológico, y que la sociedad decida por dónde hay que tirar. Plantear un Estado de libre asociación es como si yo llamo al lehendakari y le propongo una ronda en base a una república federal y bajo un modelo simétrico de carácter competencial o el PP propone un Estado centralista y EA, un Estado independiente. Sería un diálogo de sordos. Yo sigo pensando en claves de política transversal y de convivencia institucional y social.

P. Pues Arzalluz cree que el plan de Ibarretxe no satisface las aspiraciones últimas del PNV...

R. Lo que Arzalluz no quiere ver es que ha llegado el momento de las renuncias políticas para el PNV, como hicieron otros partidos en la Transición por la convivencia democrática. Si no le satisface su techo ideológico, Arzalluz debería preguntarse cuántas coincidencias tiene con ETA.

P. ¿Debe estar el PSE en la manifestación del día 22?

R. Debemos estar en todas las marchas en las que se diga no a ETA. Ése debe ser el horizonte común de lucha de todos los partidos. Y hay que hacerlo desde el consenso. Es un momento precioso para una foto de unidad.

P. No hurtan el debate. De nuevo abordan el tema de la consulta en su ponencia.

R. El nacionalismo ha desvirtuado muchos términos e instrumentos políticos como el diálogo, la negociación, la reinserción... La consulta popular es otra. Los modelos de consulta hay que hacerlos en sociedades sanas.

P. También defienden el acercamiento de todos los presos.

R. Defendemos que se cumpla la ley penitenciaria para quitar una cuota de dolor más a sus familiares. Se confunde el que vea sólo dolor por un lado.

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