La policía desarticula una banda dedicada a asaltar gasolineras de las afueras de Madrid
Dieciocho personas han sido detenidas, entre ellas cinco menores de edad
Una de las bandas que más quebraderos de cabeza estaba dando últimamente a la policía ha sido desmantelada este puente de la Constitución. Agentes de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid han desarticulado la llamada banda del filete, especializada en robos de gasolineras durante la madrugada. En los tres últimos días han sido arrestados 18 jóvenes, de los que cinco son menores, según fuentes judiciales. La policía ha efectuado varios registros en la capital, Alcobendas y Alcalá de Henares. Los detenidos, según los agentes, llegaron a atracar hasta cinco gasolineras por noche. Destrozaban con mazas los cristales más débiles de las estaciones de servicio y entraban a robar.
Las investigaciones policiales comenzaron hace varios meses cuando los agentes detectaron un considerable aumento en los robos a gasolineras. La primera detención se produjo la mañana del pasado jueves en Alcalá de Henares, donde se ocultaba el cabecilla de la banda, un viejo conocido de la policía, que acumula en su ficha delictiva numerosas detenciones por robos en todo tipo de establecimientos como hoteles, residencias de ancianos o concesionarios de coches.
Los arrestos continuaron el viernes en Alcobendas y la capital, donde los agentes de la Brigada de Policía Judicial hicieron diversos registros y lograron recuperar las mazas y las barras de hierro que empleaban los ladrones.
La denominada banda del filete se fundó en el barrio del Batán (Latina). Los investigadores centraron en esta zona su vigilancia, pero enseguida se dieron cuenta de que la red había extendido sus tentáculos por toda la región, en especial por las poblaciones de la periferia. Es aquí donde cuentan con mejores carreteras y autovías por las que huir tras cometer sus delitos.
La forma de actuar siempre era la misma. Una parte del grupo, formado por unos 20 jóvenes, se dedicaba a robar coches, en general, de gran cilindrada. Uno de los robos más importantes lo perpetraron la madrugada del pasado miércoles 4, cuando la banda entró en los almacenes de Renfe en el distrito de Fuencarral, junto a la carretera de Burgos, y se apropió de siete Audis y de un Golf GTI. Tras hacerles un puente, salieron a toda velocidad, sin que los vigilantes pudieran detenerlos.
Atracos por zonas
Después de robar los coches, se distribuían en diversos grupos que robaban por zonas. En una noche han llegado a actuar en cuatro o cinco gasolineras, como ocurrió el 4 de diciembre. Primero empezaban por las más cercanas al lugar donde sustraían los vehículos y después se distribuían por la periferia.
Los ladrones solían viajar en uno o dos coches. Al llegar a la estación de servicio, todos se bajaban, excepto uno. Armados con barras de hierro y mazas de gran peso, la emprendían a golpes con las puertas de acceso a las tiendas, ya que la zona de cajas está protegida con cristales antibalas de gran grosor.
En cuestión de pocos segundos, las lunas caían hechas añicos y los ladrones entraban. Lo normal es que a esa hora sólo estén uno o dos trabajadores dentro del local. "Actúan muy rápidamente. En pocos minutos entran en el local y se hacen con la recaudación. A nuestro compañero no le dio tiempo ni de llamar por teléfono a la policía", explicó la empleada de una gasolinera de la carretera de Colmenar atracada esta semana.
Una vez dentro, uno de los ladrones se dirigía a la caja registradora y otros se adueñaban de los objetos de valor que había en la tienda. Tabaco, cintas de vídeo y discos compactos están entre los útiles que más robaban. La ley obliga a que las estaciones de servicio sólo tengan 300 euros en efectivo para cambio. Esto, a veces, no se cumple y la cantidad robada es mayor. "En gasolineras que tenían la caja fuerte sin encastrar en la pared, la han levantado con un gato y se la han llevado", señalaron fuentes del sector.
Los ladrones siempre utilizaban pasamontañas y capuchas para evitar ser reconocidos por los empleados. Además, las grabaciones de los circuitos cerrados de seguridad no permiten que la policía les identifique. "Una cosa curiosa es que llevan pantalones con cintas reflectantes. Debe ser por si tienen que empotrar un coche contra el establecimiento para huir rápido, que sepan en todo momento dónde están sus compañeros", señaló la empleada de otra gasolinera atracada.
Coches potentes y de lujo
Los robos de la banda del filete solían ser de muy rápida ejecución. Tras asaltar la gasolinera elegida, huían a toda velocidad en potentes vehículos, también sustraídos en concesionarios. Si los integrantes de la banda iban en dos coches, salían siempre en direcciones opuestas para dificultar su persecución por la policía. Además, al emplear vehículos de lujo y gran cilindrada, alcanzaban en su fuga altas velocidades, ya que las carreteras tienen poco tráfico por las noches. Los coches de policía no consiguen alcanzar la velocidad que logran los potentes vehículos que manejaban los ladrones. "Robaban en muchas ocasiones a la desesperada, porque el dinero que se llevaban era, a veces, muy poco en comparación con el riesgo a que se exponían. Eso sí, los destrozos eran inmensos y la sensación de inseguridad en el sector mayor", señala un mando policial. "Les daba lo mismo que estuviera volando el helicóptero policial que no, porque ellos seguían siempre a su ritmo", concluye este mando. Las precauciones que tomaban y el cambio continuo de sus lugares de trabajo han dificultado la labor policial. El 4 de diciembre, por ejemplo, además de la estación de servicio de la carretera de Colmenar, asaltaron otras cuatro en Torrejón de Ardoz, Alcorcón, el paseo de Portugal (distrito de Latina) y el barrio del Pilar. La policía logró recuperar "intactos" los vehículos empleados. La banda los fue abandonando conforme terminaba de asaltar las estaciones de servicio. Los vehículos recuperados no llevaban puestas las matrículas. Ayer estaban almacenados pendientes de pasar a los concesionarios. El portavoz de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de la Comunidad de Madrid, Alejandro Moratilla, asegura que el corredor del Henares, junto con el distrito de Vicálvaro, son las zonas que más robos están sufriendo últimamente. "Es lógico que la periferia sea la más perjudicada. La puesta en marcha de la Operación Focus [mayor presencia policial en los distritos del centro de la capital] ha hecho que los ladrones tengan que salir fuera de Madrid. Su trabajo consiste en robar y lo van a hacer donde les sea más fácil", añadió Moratilla.Éste afirma que los empleados están negándose a trabajar durante las noches, debido a "la peligrosidad" que esto supone: "La gente tiene miedo y prefiere quedarse en su casa antes de que llevarse una paliza o cosas incluso peores".
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