Tantas mareas

El chapapote no está sólo en las en las rías gallegas y en el litoral cantábrico. Está en L'Alcoià, en Canal 9, en Mercalicante, en Terra Mítica, en tantos agujeros. La gestión del PP debe culminar con el naufragio de sus incompetencias, despropósitos y manipulaciones informativas. El desgobierno del PP tiene todas las trazas de una marea de fracasos, más pestilente y dañina, si cabe, que le del Prestige: es la marea del desprestigio, la marea del autoritarismo, del desprecio y de la arbitrariedad. Hemos asistido a la deserción de unos ministros incapaces, y a las muecas de un jefe de Gobierno que pretendía resolver la catástrofe con invocaciones y rogativas a la metereorología: estamos indefensos y a capricho de los vientos. La marea negra -no eso de "manchas", en la retórica de Rajoy- es, además de una desolada realidad, la metáfora de un Estado desmantelado por el trapicheo y la conveniencia de unos cuantos, en flagrante detrimento de los intereses generales.

El aniversario de la Constitución les ha valido, a muchos, para tomarse un respiro. Hasta los más conspicuos capitanes del patriotismo constitucional han ahuecado el ala, que el fuel no entiende de tales artificios. El 6 de diciembre ha soportado el comienzo del puente de plata para los que huyen de un espanto, que no fueron siquiera capaces de afrontar. Y ha sido también para los voluntarios, muchos de ellos valencianos, el comienzo del puente que transporta toda su solidaridad a pie del desastre, que sufre Galicia. Después de tres semanas de pasearse por Corfú, por la televisión italiana, de la mano de Berlusconi y de la Carrá, por tantos lugares, en fin, donde su presencia era, por lo visto, prioritaria, el presidente Aznar, no sólo convoca un gabinete de crisis, sino que anuncia su viaje a las costas gallegas. Y escarmentado, como anda, Mariano Rajoy se ha apresurado a alertar de la nueva amenaza que se cierne sobre la desollada geografía.

Un gabinete de crisis es lo que la oposición exigen al Consell, para detener la marea de legionela, que arrasa la comarca de L'Alcoià: Serafín Castellano presenta una "incapacidad manifiesta", para solventar la alarmante situación. La socialista María José Cardona ha recomendado a Serafín Castellano que, por lo menos, pida disculpas a los ciudadanos, por su mala gestión. Y Ángela Llinares, portavoz de Sanidad de EU en las Cortes, ha denunciado la falta de los necesarios recursos y personal, y, sobre todo, de ganas, para combatir con eficacia esa otra marea de legionelosis, que está causando numerosas víctimas. ¿Comparecerá el conseller del ramo en las Cortes, de una vez, o continuará con la cabeza metida en sus miedos?

Ha pasado el aniversario de la Constitución casi inadvertido, en las instituciones valencianas. No fue así en la sede de la Universidad de Alicante, donde la víspera, se procedió a su lectura, por políticos, sindicalistas, profesores, representantes de colectivos vecinales, estudiantes, precisamente para que no pase inadvertido, por más tiempo, el cumplimiento de sus principios. Por ejemplo, eso de "facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social"; o eso otro de "la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos". Ojo, ¿empezamos ya?