United Airlines cae en Bolsa el 59% por el gran riesgo de suspender pagos

United Airlines, la segunda compañía mundial de transporte aéreo, está al borde de la bancarrota. Sus acciones dejaron de cotizar ayer en la Bolsa de Nueva York, tras perder un 59% de su valor en menos de dos horas, porque se esperaba una inminente suspensión de pagos. La negativa del Gobierno federal a la concesión de un aval por 1.800 millones de dólares, el miércoles por la noche, fue el golpe de gracia para una compañía que ha perdido 4.000 millones de dólares desde el 11 de septiembre de 2001. "Ocurra lo que ocurra, United seguirá volando", anunció su presidente ejecutivo, Glenn Milton.

Todas las esperanzas de United estaban depositadas en el Consejo de Estabilización del Transporte Aéreo, el organismo que administra los 15.000 millones de dólares concedidos por el Congreso como ayuda a las compañías de aviación tras los atentados del 11-S. La empresa había pedido un aval de 1.800 millones que, combinado con una durísima reducción de costes, habría permitido afrontar el pago de las deudas más inmediatas (920 millones vencen la semana próxima) y poner en marcha un plan de viabilidad. Pero el Consejo de Estabilización consideró que United había calculado unos ingresos para los próximos años "irracionalmente optimistas" y que la concesión del aval habría supuesto "un riesgo inaceptablemente alto para los contribuyentes".

Pesó mucho en la decisión final la presión de las demás empresas del sector, encabezadas por Continental, que argumentaron ante el Consejo que el aval para United habría dañado las perspectivas del resto. Todas las compañías aéreas, salvo SouthWest, perderán dinero este año. La sangría de United es la más espectacular: pierde ocho millones de dólares diarios, y a final de año presentará un ejercicio pésimo, con unos "números rojos" estimados en 2.300 millones.

Perjudicados

Los mayores perjudicados por la crisis de United Airlines serán sus trabajadores, que en 1994 renunciaron a una parte de sus salarios y a futuros aumentos para hacerse con el control del 55% de las acciones. Cada acción de United valía 1,28 dólares, el precio más bajo en 40 años, cuando se suspendió la cotización. Si, como estiman todos los analistas, la empresa tiene que suspender pagos y dejar su reestructuración en manos de un juez, las acciones no valdrán prácticamente nada.

La plantilla de United está compuesta por 70.000 personas y ha realizado ya grandes sacrificios en los últimos años. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron despedidos 20.000 trabajadores y se suprimió uno de cada cuatro vuelos.

El martes pasado, la dirección de la empresa anunció que pensaba despedir a 220 pilotos en enero y a otros 132 en febrero, para reducir el total de pilotos a 8.250. También despedirá al 18% de sus directivos y empleados administrativos, y los que permanezcan en sus puestos verán sus salarios reducidos en un 11% durante los próximos cinco años. El Sindicato de Mecánicos de la compañía tenía previsto reunirse ayer para discutir una rebaja adicional de sus sueldos, por un importe global de 600 millones de dólares, pero desconvocó la reunión cuando se supo que no habría aval de las autoridades federales y que la crisis entra en un callejón sin salida.

En la primavera del pasado año 2001, United intentó absorber a la compañía US Airways. La operación fue rechazada por la Comisión de la Competencia, y al cabo de poco más de un año, en agosto pasado, US Airways suspendió pagos, a pesar de haber obtenido uno de los avales del Consejo de Estabilización.