Álava y Vitoria como problemas

El José Manuel Farto, secretario general del SEA, daba en una reciente entrevista unas respuestas que no tenían desperdicio, y no debemos aceptar el clásico comentario de "ya se sabe, es del SEA". En este País Vasco de nuestros amores se despachan demasiadas cuestiones arguyendo la pertenencia partidista del que habla.

Farto hablaba de la soledad de Álava, de que no recibe de España y de Euskadi los apoyos económicos debidos, que no hay proporción entre lo que Álava supone y lo que recibe, que lleva años con proyectos estratégicos paralizados, que ni Madrid ni el Gobierno vasco cree en nosotros, que el Ayuntamiento no tiene relaciones fluidas con el mundo de la empresa y que la Diputación está demasiado sola, que Álava ha perdido competitividad con respecto a Zaragoza a marchas forzadas, y que autopistas, ferrocarriles, accesos a Vitoria, aeropuerto, circunvalaciones y demás, ventajas todas ellas de Vitoria y Álava, están perdiendo importancia porque Álava ha dejado de ser prioridad para los gobiernos de Vitoria y de Madrid.

Seguramente todo requerirá muchos matices por parte de los denunciados, porque de una denuncia se trataba, pero lo que allí se decía era muy serio para que se oculte tras un "gora Gasteiz" o un "viva Vitoria".

Entre nosotros, las palabras más que decirlas, se cantan, y así España, Madrid, Euskalherria, Pueblo son pronunciadas como un remedio curalotodo, pero sale gente que plantea problemas, y ¿quién le responde con datos en la mano?

Es hora de aclarar cosas y de dejarnos de pamplinas y frases hechas; si los vascos somos un pueblo, todos y cada uno de los territorios, y parte de un Estado, y, según Farto, pasa lo pasa, entonces unos son más pueblo que otros, y a esto hay ponerle fin.

Así que, señoras y señores de la política, esperamos datos y proyectos donde "el todos somos pueblo de territorios iguales" y somos Estado único, se cumpla; con la debida solidaridad de hermanos, pero no de primos.

Claro está que también nosotros, los alaveses, debemos elevar el vuelo y dejar de tener por problemas mayores el debate sobre el himno al Deportivo Alavés, las baldosas siempre sueltas de no sé qué calle de Vitoria o por referencia y líderes sociales de la vida vitoriana y alavesa a cuatro personajes más castizos que lúcidos y cualificados. Parece que hay tiempo, pero parece que se acaba ya.-