Tom Cruise al volante
Es el deportivo de 'Minority report', una petición de Spielberg que Lexus hizo realidad
LEXUS ACEPTÓ EL RETO de Steven Spielberg. El director americano solicitó a la división de lujo de Toyota que crease un coche muy especial para su última película, Minority report, un thriller policiaco con Tom Cruise ambientado en 2054. Y su deseo se hizo realidad. Así nació este espectacular prototipo que sorprende por su diseño y técnicas de vanguardia y permite asomarse al futuro del automóvil.
El Lexus de Minority report es una propuesta cinematográfica, pero posibilista, para superar de forma coherente algunos de los grandes desafíos del automóvil a medio plazo: compatibilidad medioambiental total, movilidad en las saturadas capitales mundiales, integración de los avances multimedia y, en un plano más minoritario, la supervivencia de los deportivos de ensueño y sus sensaciones al volante, o más bien al joystick, su sustituto en el futuro.
El coche de Spielberg tiene unas prestaciones brutales, pero no contamina, reconoce a su propietario por la retina, acude a recogerlo allí donde esté, aparca solo, cambia de color, no se raya e incluye un sistema de comunicación y entretenimiento con acceso a cualquier tipo de información en tiempo real (deportiva, financiera...). Y también tiene acceso a las bibliotecas, hemerotecas y videotecas digitales de todo el mundo...
- POTENCIA ECOLÓGICA
El prototipo de Lexus es un impactante cupé de tamaño compacto y excelente aerodinámica que se mueve gracias a un motor eléctrico alimentado por baterías. El propulsor tiene 680 CV y no contamina. Y las baterías se recargan automáticamente, tanto con la energía térmica que se acumula en los discos al frenar como con la radiación solar que reciben las placas que lleva integradas en la carrocería. Además, desde la estructura interna hasta los paneles exteriores están fabricados en materiales ligeros. Esta solución reduce el peso a una tonelada, aportando una relación peso/potencia mejor que la de muchos coches de carreras de hoy en día.
- EL TRÁFICO DEL MAÑANA
En la visión cinematográfica de Spielberg, en el supuesto año 2054 los coches privados siguen funcionando, pero de otra manera. La velocidad es automática, y está regulada por el ordenador del centro de control del tráfico. Al llegar al destino, el ocupante se baja en la puerta, y el coche, guiado por el mismo ordenador, estaciona en el hueco de la calle o el aparcamiento más cercano. Y después bastará con llamarlo para que acuda a recoger a sus ocupantes.
Sin embargo, este sistema no se utiliza en el núcleo interior de las grandes ciudades, sino en las zonas periféricas. En los centros, la movilidad se resuelve con un ingenioso y complejo sistema de cápsulas que sustituyen a todos los medios de transporte hoy existentes, desde los autobuses públicos y taxis hasta los coches privados. Las cápsulas se desplazan sobre unos raíles metálicos sustentadas por campos magnéticos. Y pueden moverse en todas las direcciones, incluso subir por las fachadas de los rascacielos para recoger a los ocupantes hasta en las terrazas, por ejemplo. Y el tráfico de las cápsulas se dirige con un ordenador central y es continuo, aunque hay también estaciones fijas, como las paradas de autobuses de ahora.
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